Una de las grandes campañas de fake news de la Antigüedad fue la que Platón le hizo a Heráclito de Éfeso en su diálogo Crátilo, donde le atribuye el siguiente aforismo: “no se puede entrar dos veces en el mismo río”, ya sea porque el boca en boca de los 40 años que los separaba lo tergiversó, o porque a Platón le convenía más esa interpretación para elaborar su propia filosofía. Heráclito nunca fue tan lapidario, sino que creía en la unidad armónica de los opuestos, y la cita más fiel de la doctrina heraclítea es la siguiente: “En los mismos ríos entramos y no entramos, [pues] somos y no somos [los mismos].” Es justamente en esta ambigüedad, en este ser y no ser del bañista que se sumerge en el río, en que nada con destreza la obra “Lo que el río hace” de las hermanas Marull, que se zambulle a corriente y contracorriente del devenir eterno de la vida y el tiempo. 

Tenemos a Amelia, interpretada por María y Paula Marull, una escritora que lucha con las exigencias de la cotidianeidad, de su editora, de la maternidad y de sus obligaciones familiares. Es una correntina aporteñada, que se ve en la obligación de regresar a su pueblo natal, Esquina, a resolver la herencia del rancho de su padre fallecido, con el que ha tenido poca relación en los años previos a su muerte. Maneja de un saque a Corrientes con la intención de quedarse sólo por el día. Al llegar a Esquina, entra nuevamente en el mundo de su juventud en el pueblo, encontrándose con personajes que han crecido, cambiado y se han casado, pero que a la vez no han dejado de ser quienes ella recuerda de sus años formativos. Con la ayuda de su amor adolescente Antonio, encarnado por William Prociuk, que ahora es el escribano del pueblo, logra destrabar el papeleo de la herencia, bajo la mirada aguileña de su emperifollada esposa Nancy (Débora Zanolli). La calidez de Dora (Mónica Raiola) y la pasión de Juano, interpretado con precisión humorística por Mariano Saborido, la persuaden a Amelia de permanecer en Esquina por la Fiesta del Pacú. Esta decisión resultará en una excursión pesquera a la luz de la luna, navegando entre la nostalgia y el recuerdo. 

Las gemelas Marull tienen acceso a un recurso con el que la mayoría de los dramaturgos sueñan: la posibilidad de escindir el Yo en escena no ya recurriendo a cambios de voz, postura, iluminación o vestuario, sino con el hecho de tener dos hermanas idénticas, ambas con vocación actoral. No sobreexplotan esta herramienta sin embargo, y la usan en general para permitir un flujo escénico más eficiente, y alguna que otra vez para que el personaje pueda fantasear o romper la cuarta pared. La puesta en escena es obra de Gonzalo Córdoba Estévez, que logra transformar el escenario del Teatro Astros de un departamento capitalino, a un hotelucho correntino, a un estudio de escribano, al río Corriente a la luz de la luna, con soluciones eficientes y un diseño ingenioso. La obra “Lo que el río hace” retrata tal vez las ganas del sujeto moderno, enajenado por las exigencias del trabajo y las obligaciones, de salirse de esta vorágine agitada que es la vida. Le permite a Amelia dejarse llevar por la corriente tranquila del río de su juventud, sumergirse en los recuerdos y las fantasías, y volver a encontrarse consigo misma y con lo que verdaderamente le importa. En este chapuzón las hermanas Marull exploran las interrogantes que plantea el aforismo heraclíteo: ¿somos los mismos que fuimos en el pasado? ¿Hay algo en nosotros que permanece igual? ¿Podemos bañarnos dos veces en el mismo río?

“Lo que el río” hace está en el Teatro Astros de miércoles a viernes a las 20 hs y los sábados a las 19 y 22 hs