Cultura

11/5/2006|945

Los trabajadores y artistas siguen en la lucha


Cuando los artistas y parte del personal técnico de la Secretaría de Cultura comenzaron a organizarse, formando un Cuerpo de Delegados y haciendo asambleas autoconvocadas todas las semanas, la respuesta del secretario Mauricio Guzmán fue impedir el ingreso de los cuerpos para que no pudieran reunirse.


 


Las asambleas y el cuerpo de delegados surgen debido a la violencia laboral y a la persecución del secretario de Cultura. El gremio que nuclea a los trabajadores de cultura (ATE) se dedicó a desafiliar trabajadores y a apretar compañeros técnicos y administrativos para que firmen notas en contra de los compañeros que concurren a las asambleas y participan en las manifestaciones.


 


Mauricio Guzmán impone sumarios e inventa audiciones truchas y eliminatorias para técnicos, ballet y grupo de danza contemporánea que son represaliados por reclamar mejoras edilicias. Cuando nuestros compañeros del coro, la banda y la orquesta reclamaron una jubilación digna, sacaron una ley de la época de la dictadura para jubilarlos antes de tiempo con ingresos de indigencia.


 


Todos los cuerpos, y sobretodo el Ballet Clásico, están diezmados y necesitan más cargos para un normal funcionamiento. Hace años que no se puede montar un ballet de repertorio, completo, por falta de personal. El gobierno apunta a la privatización y tercerización de la cultura mientras la Secretaría se incendia. Se dedica, en acuerdo con los directores de los cuerpos, el delegado de ATE y jefes del área técnica, a elaborar listas negras de los compañeros que reclaman y promueven las asambleas. Ya expulsaron a seis compañeros del Ballet el mismo día en que el gobernador efectivizaba a 1.600 policías.


 


No es una cuestión de falta de presupuesto. No quieren efectivizar a los artistas (en los cuerpos artísticos hay 155 contratados) y a los técnicos (70 contratados) porque su plan es terminar con los cuerpos estables para privatizar la cultura y monopolizar el negocio cultural.