Cultura

28/11/2020

Diego

Maradona en el arte y la cultura popular

A veces un genio del futbol, otras una figura de rebeldía, o hasta de debacle personal.

Mural de Maradona en el barrio de Forcella, Nápoles

El deporte tiene una vinculación muy fuerte con el arte. Tal es la admiración y el sentimiento que emana de la profesión, el oficio y el talento futbolístico que el Museo del Arte Moderno de Argentina despidió a Maradona con un posteo en sus redes sociales. “Artista argentino” se lee en la despedida del museo porteño. Maradona, como mito,  tiene un anclaje muy profundo en la cultura popular argentina y del mundo. Ese símbolo de irreverencia y rebeldía, de antiimperialismo con su gambeta, y también de su decadencia han sido retratados en un sinfín de obras.

Música y el arte callejero lo retratan como el mejor jugador del fútbol internacional. Estadios, calles, ríos y una iglesia llevan su nombre. Libros y películas que nos muestran desde su momento más alto hasta su faceta más cruel, con esta versatilidad es que se compone el legado cultural que deja las obras inspiradas por Maradona, donde se lo ve como héroe y también como villano.

Canciones para Maradona

Una búsqueda rápida en Spotify podría arrojarnos cientos de canciones con dedicatorias, cada una con una representación singular de sus múltiples facetas. Bandas como Las Pastillas del Abuelo, Ratones Paranoicos o los Cafres cantaron sobre su habilidad futbolística. Joaquín Sabina le dedicaría algunos versos sobre su paso en Boca con “Dieguitos y Mafaldas”; el italiano Pino Daniele lo llamaría “mago con il pallone” sobre su venida al Napoli, y la nigeriana Niniola le cantaría a un mujeriego en su single “Maradona”. Los Piojos, en su tema “Maradó”, capturaron un poco de ese sentimiento simbólico que lo transformaría en un héroe popular con el gol a los ingleses en la copa México 86, la odisea del Napoli y los choques con el vaticano (“Todo el país con él corriendo va / Caen las tropas de su majestad / Y cae el norte de la Italia rica / Y el papa dando vueltas no se explica / Muerde la lengua de Joao Havelange”).

Mano Negra le dedicaría un rezo con “Santa Maradona” y reivindicaría su encontronazo con la Federación Internacional de Fútbol con “La vida es una tómbola” (“Si yo fuera Maradona saldría en Mundovisión, para gritarle a la FIFA, que ellos son un gran ladrón”). La que Maradona consideraba la mejor era la dedicada por el cantante de cuarteto Rodrigo, “La Mano de Dios” en la que recorre desde sus orígenes humildes y paso por el fútbol hasta su encuentro y lucha con la droga. Una canción que el Potro le cantó en vivo durante su estadía en Cuba.

El Cine maradoniano

La estrella albiceleste también recorrió la pantalla chica y grande. Sobre su carrera futbolística valen mencionar el documental promocional FIFA: Heroes, dirigido por Tony Maylam, recorre el desempeño futbolístico del mundial 1986 y retrata muchos de los momentos que aún persisten en el imaginario colectivo como el festejo en los vestuarios del seleccionado argentino dirigido por Carlos Salvador Bilardo. Maradonapoli, un documental de Alessio Mario Federici recorre, a 30 años del campeonato que consagró en lo más alto al Napoli, el impacto que ocasionó en la ciudad de Nápoles estar en primera plana del mapa futbolero.  Vale mencionar, Maradona en Sinaloa recorre su llegada como DT en México para dirigir a Dorados, en la previa a volver a Argentina como técnico de Gimnasia de La Plata.

Tuvo su paso por la ficción surrealista. El día que Maradona conoció a Gardel, dirigida por Rodolfo Pagliere en 1996, fue una película argentina que protagonizó donde el alma de la estrella del tango había quedado atrapada por un pacto con el Diablo. En la ficción también se cuenta con Maradona: La Mano de Dios, una producción italo-argentina dirigida por Marco Rissi que recorre su vida personal marcada por los excesos y en La Juventud, el film italiano de Paolo Sorrentino, se puede ver al actor Roly Serrano interpretando a Maradona con un tatuaje gigante de Karl Marx en la espalda, parodiando el tatuaje del Che Guevara que llevaba en el brazo.

Indagando más sobre su vida, dentro y fuera del estadio y en un plano más social, el documental de HBO, Diego Maradona de Asif Kapadia, elige abordar con especial atención su paso Barcelona y luego por el Napoli, marcándolo como su punto de crecimiento futbolístico más alto pero también el inicio de su debacle personal, marcado por la adicción a la cocaína y sus vínculos con las mafias italianas. Ezequiel Luka y Gabriel Amiel narran en “El otro Maradona”, retratando los orígenes humildes y difíciles de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires.

Probablemente, el documental más conocido sea el serbio Maradona by Kusturica donde el cineasta intenta abordar la complejidad de todas estas facetas. Recorriendo su infancia en Fiorito, su carrera futbolística, sus declaraciones políticas contra el imperialismo y sus simpatías con Fidel Castro y Cuba y sus arrepentimientos. “Nosotros representábamos a los muertos nuestros, que los mandaron los mismos argentinos a morir. Teníamos que jugar al futbol pero si sacábamos a Inglaterra era una guerra futbolística ganada” recordaba Diego en el documental, mientras Emir Kusturica lo imaginaba como un personaje salido de una película sobre la revolución mexicana.

El Diego en la literatura

Maradona es, especialmente aquí, un personaje de ficción mítico que fue fuente de inspiración de grandes escritores. Galeano lo describió como el “más humano y sucio de los dioses”. Mario Benedetti le escribiría un poema en “Hoy tu tiempo es real”, donde encontraría pruebas de la existencia de un ser supremo tras verlo jugar. Eduardo Sacheri y Osvaldo Soriano, cada uno por su parte, escribieron cuentos de ese momento sin aire, de esos minutos interminables, en que la gambeta termina en un gol a los ingleses. La mistificación de este momento en la literatura argentina expresa el sosiego y opresión que persistieron del último periodo de la dictadura y el golpe simbólico que representó para un pueblo oprimido por el imperialismo y que fuera contenido por los precarios límites del régimen militar.

Martin Caparrós también escribió sobre él, respondiendo una conferencia de prensa en 2009 cuando Maradona era director técnico de la selección argentina. “El mundo está lleno de personas que nunca oyeron hablar de la Argentina pero sí de Maradona; el mundo está lleno de otras personas que solo oyeron hablar de la Argentina porque oyeron hablar de Maradona (…) Era un modelo complicado: peleador, simpático, quejoso, drogón, desaforado, ingenioso, creído, ilimitado, machista, popular, oportunista, cálido, cursi, inteligente. Fue difícil adaptarse a la idea de que los argentinos éramos eso.”

Las artes visuales y callejeras a Maradona

Los artistas visuales también han utilizado como catalizador la figura del icono popular.  El tucumano Javier Vázquez, por ejemplo, utiliza de manera recurrente la figura de Maradona como un símbolo de la cultura popular, en la que intenta desentrañar su admiración por estas figuras a las que les otorgamos un rol superior. “Se puso en un lugar para el que no había sido llamado, pero se vio en la obligación de hacerlo: criticar las instituciones cuando sintió que debía hacerlo, denunciar las injusticias, abrazar una causa. En nuestra realidad latinoamericana necesitamos de esas figuras a las que el colectivo les otorga la función vital de superarse como sociedad. Aun con todas sus contradicciones ¿alguien puede decir que Maradona quería que seamos peores?” (La Gaceta, 26/11).

Cuadernos de pandemia – Javier Vazquez

Ha tenido también un paso por los comics con títulos como “La mano de Dios: Diego Armando Maradona”, de Paolo Cataldi o “La mano de Dios” del ilustrador argentino Pablo Martinena. Incluso en el arte japonés, donde tiene una aparición en el manga deportivo “Capitan Tsubasa” de Yōichi Takahashi, bajo el nombre de Juan Díaz.

Mural de Aziz Al-Asmar en Binnish, Siria

Así también las paredes del mundo de la mano del arte callejero hacen honor a la figura simbólica de Maradona. Durante el día siguiente a la muerte del Diego, varias favelas brasileras tuvieron murales en homenaje al rival futbolístico, señalando sus orígenes humildes. Una de las imágenes viralizadas estos últimos días fue la del pinto Aziz Al-Asmar, quien homenajeó al astro del fútbol con un mural en Binnish, una de las zonas afectadas por el conflicto en Siria. Aziz Al-Asmar ya había rendido tributo a George Floyd, quien fuera asesinado por la policía de Minneapolis desencadenando las enormes movilizaciones del Black Lives Matter.

Estos murales se suman a otros ya conocidos como los que se encuentran en las inmediaciones de los estadios que lo vieron jugar, como en la Bombonera y en Argentinos Juniors,  donde lo tuvieron como director técnico, como en Sinaloa y en La Plata, o simplemente donde se quiere homenajear al deporte. Conocida es la “Capilla Sixtina” de Santiago Barbeito en Barracas, un enorme mural en el techo de una de las canchas de Sportivo Pereyra en el barrio porteño de Barracas que, parodiando la famosa obra de Miguel Ángel en el Vaticano, reúne muchas figuras del futbol argentino, personificando a Maradona como Dios y a Messi como Adán.

Capilla Sixtina de Santiago Barbeito en el club Sportivo Pereyra del barrio de Barracas

En lo que respecta al arte callejero sobre Maradona, parada obligada es Nápoles. La ciudad al sur de Italia es una pequeña meca de idolatría. La imagen más grande del mundo de el se encuentra en uno de los edificios del barrio San Giovanni Teduccio, también conocido como el Bronx de Nápoles. El autor de la obra, Jorit Agoch, explicó que “Para mí Diego representa al que siempre ha luchado por los derechos de la gente oprimida cerca del pueblo sudamericano. (…) Ha representado una figura de venganza, en frente a un sistema futbolístico corrupto” (TyC Sports, 27/11).

Mural de Jorit Agoch en San Giovanni Teduccio, Nápoles

El símbolo de lo que representa Maradona, que trascendió su vida y se transformó en otro por fuera de sí mismo, ha servido para que miles de artistas expresen los sentimientos contradictorios con su figura. Con su magia en el fútbol, sus enfrentamientos, sus expresiones empatía y cariño popular, con su descomposición personal, su misoginia y violencia, el Maradona en el imaginario de la cultura universal tiene un carácter de venganza y anhelo, de que a pesar de todo aunque sea un hijo de los pobres pueda llegar a lo más alto y tomarse revancha de los poderosos.

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