La última semana fue el escenario de una nueva ofensiva del imperialismo norteamericano contra Venezuela, que busca montarse sobre el cuadro de crisis del país para justificar una intervención militar. En esa línea se encuadra el reclamo para el ingreso de “ayuda humanitaria” al país, por el que incluso se desenvolvió un festival con conocidas figuras musicales. El ex líder de Pink Floyd, Roger Waters, se cruzó por el tema con el senador estadounidense Bernie Sanders, quien viene de anunciar que volverá a candidatearse para las primarias demócratas para las presidenciales de 2020.

Sanders tuiteó: “El pueblo de Venezuela está viviendo una seria crisis humanitaria. El gobierno de Maduro debe priorizar las necesidades de su gente, permitir el ingreso de la ayuda humanitaria al país y abstenerse de la violencia contra manifestantes”.

“Bernie, ¡me estás jodiendo!”, respondió en esa red social Waters, “si te comprás la línea de Trump, Bolton, Abrams y Rubio de ‘ayuda humanitaria’  y conspirás para la destrucción de Venezuela, no podés ser creíble para presidente de EEUU. O quizás podés, quizá sos el títere perfecto para el 1%” –en referencia al sector de capitalistas que concentran el grueso de la riqueza, denunciado en Estados Unidos por movilizaciones populares que llevan el lema “Somos el 99% por ciento”.

La invectiva de Waters desnuda el carácter de hombre de Estado del senador por Vermont, pese a la prédica de reformas sociales –aumento de salario mínimo, en pos de la salud pública- que le ganó una elevadísima votación en las primarias demócratas en 2016, y particularmente el apoyo de un amplio sector de la juventud. No es la primera vez que este representante del ala izquierda del partido demócrata muestra su fidelidad a la orientación del imperialismo: a lo largo de su carrera política, ha apoyado a los bombardeos en Kosovo, Afganistán y, más recientemente, en Siria; y viene de votar junto a una parte de su partido un acuerdo con el xenófobo mandatario republicano Donald Trump para asignar fondos a la construcción de vallas en la frontera con México.

En su polémica contra Sanders y otras figuras ascendentes de la izquierda demócrata, como Alexandria Ocasio-Cortez, Trump concentró buena parte de un reciente discurso al Congreso en denostar al “socialismo” y asociarlo con los resultados del gobierno nacionalista de Nicolás Maduro. Semejante asonada verbal por parte del magnate derechista muestra el campo para el desarrollo de una izquierda revolucionaria en el gigante del norte, independiente de los demócratas y republicanos.