Cultura
10/1/2017
Meryl Streep ataca a Trump (y se olvida de Hillary)
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@tomaseps
El discurso de Meryl Streep en la reciente entrega de los Globos de Oro alcanzó fuerte repercusión por sus alusiones críticas a Donald Trump, presidente estadounidense electo. Se puso así a tono con otras referencias negativas al mandatario por parte de Hugh Laurie (Dr. House) y el presentador y actor Jimmy Fallon.
Al recibir el premio honorífico "Cecil B. DeMille" por su trayectoria, la destacada actriz reivindicó el carácter internacional de buena parte de los actores que trabajan en Hollywood: “Así que Hollywood está lleno de extranjeros y foráneos, y si nos quieren echar a todos se van a quedar sin nada que ver más que futbol y artes marciales” (El País, 9/1). Streep criticaba así la orientación xenófoba del magnate, que durante la campaña electoral prometió la expulsión de Estados Unidos de millones de trabajadores extranjeros y la edificación de un muro en la frontera con México.
La actriz también criticó a Trump por burlarse de forma pública de un periodista discapacitado (detractor de dichos anti árabes del millonario), “alguien a quien superaba en privilegio, poder y la capacidad de defenderse” (ídem). Señaló que mostrar intolerancia desde el poder incentiva la intolerancia en el resto de la sociedad y que mostrar violencia desde el poder fomenta la violencia. Streep reivindicó, en ese cuadro, el papel de la prensa en la responsabilización de los gobernantes “por cada atrocidad que hagan”.
Sin embargo, Streep apoyó la candidatura de Hillary Clinton y participó, con ese fin, en la Convención Demócrata del año pasado.
Ocurre que durante el mandato del presidente demócrata saliente, Barack Obama, se procedió a la expulsión de extranjeros más grande de la historia de Estados Unidos; sólo entre 2012 y 2014, el gobierno "demócrata del primer presidente afroamericano" produjo 2,5 millones de deportaciones.
Durante el mandato de Obama –y mientras Hillary Clinton oficiaba como su secretaria de Estado–, se produjo la tortura y la incomunicación contra el ex soldado y analista de inteligencia Bradley Manning (ahora Chelsea), que había filtrado los documentos que revelaban los crímenes de guerra estadounidenses en Afganistán e Irak –exhibidos mediante los Wikileaks– y por lo que recibió una condena de 35 años de prisión. No se podría decir que el gobierno de Obama haya sido un firme defensor de la libertad de expresión, claro.
El rechazo a Trump en las encendidas palabras de Meryl Streep muestra el clima de inquietud que se vive en cierto sector del campo cultural estadounidense, la mayor parte del cual se inclinó decididamente por el apoyo a Hillary durante la campaña electoral –ya sea por convicción o por considerarla el mal menor. Hubo excepciones, como Susan Sarandon, quien anunció en noviembre que no votaría a Clinton ni a Trump y señaló que “la razón por la cual estamos en esta situación (de crisis social, política y ambiental) es porque todos han estado votando el menor de dos males por mucho tiempo” (BBC Mundo, 3/11).
La defensa de las libertades democráticas y de prensa plantea la independencia frente a los poderes de turno.