Cultura

14/5/2022

“No fue no: Una crónica del Chubutazo”: el diario íntimo de la lucha antiminera y la represión

Reportaje a Martín Ulacia, autor del libro.

El Chubutazo, una gesta popular

A cuatro meses de los acontecimientos, se publica el libro “No fue no: Una crónica del Chubutazo”, de Martín Ulacia (licenciado en Ciencia Política, periodista radicado en Comodoro Rivadavia), que registra en detalle lo que ocurrió durante siete días consecutivos, desde la represión de la noche del 15 hasta la conquista popular de la derogación del Proyecto de Zonificación minera. Prensa Obrera entrevistó al autor para profundizar sobre lo ocurrido en aquellas jornadas y evaluar el escenario actual del reclamo (el libro se puede reservar escribiendo al correo: [email protected]).

El día que se aprobó el proyecto de zonificación minera, vos estabas presente en Legislatura. ¿Pudiste anticipar lo que pasaría esa noche? (represión, heridos, cacería del activismo, detenciones ilegales)

Llegué cerca de las 10 de la noche a Rawson, y era el momento en que había una manifestación en la Comisaría Primera por la detención de Romina Krebs y Ailen Sánchez, quienes estaban (finalmente) detenidas en la Legislatura. A esa hora el operativo de la policía del Chubut daba a entender que quería dispersar a quienes se estaban manifestando en las inmediaciones. Pero realmente lo que sucedió cerca de las 12 de la noche, lo que se conoce como “la cacería de Rawson”… me parece que no estaba en los cálculos de quienes estábamos ahí ese nivel de virulencia para reprimir.

¿Cómo podrías describir lo vivido en la noche del 15?

En los diferentes relatos y recuerdos de esa noche, de esa madrugada, una palabra que se repitió mucho fue el terror. Es realmente una sensación de terror frente a una amenaza que parecía totalmente desbocada y sin ningún tipo de límites, de cumplir con su cometido, que era básicamente desalojar Rawson, vaciar las calles de Rawson frente a las protestas contra la aprobación de la ley de zonificación. Y a la vez, impactó mucho la solidaridad de las y los vecinos de la ciudad, se conocen muchos casos en los que incluso abrieron sus puertas para que quienes se estaban manifestando puedan refugiarse frente al operativo de seguridad montado, sobre el cual todavía no hay respuestas concretas de su metodología. Incluso en una parte del libro, está el relato (y esto es algo que se conoce poco) de las diferentes audiencias que se dieron en el marco de la presentación de una habeas corpus por parte de la UACH [Unión de Asambleas de Chubut]; fueron citados algunos jefes de las regionales policiales de Chubut, incluso el ministro [Leonardo] Das Neves. Según el testimonio de una asambleísta, Das Neves y la cúpula policial niegan haber dado las órdenes que se llevaron adelante durante los operativos, por lo cual, o se está ante el cinismo y la mentira, o ante una autodeterminación por parte de las fuerzas en esos hechos. Ambas cosas son muy graves.

Despliegue policial contra las manifestaciones antimineras.

En la pulseada, ganó la lucha popular, a través de las manifestaciones masivas en toda la provincia, logrando la derogación de la ley. Las entrevistas destacan parte de eso. ¿Podés adelantar algunas palabras que te hayan conmovido?

Efectivamente hay muchos testimonios que están en el libro. Que recuerde, hay dos particularmente que me impactaron mucho. Principalmente los de las vecinas y vecinos de la Meseta, de Gan Gan, las palabras de Gabriela Cual, los agradecimientos luego de que conquistó la derogación de la ley. Hay otro testimonio de una vecina de la Asamblea de Rawson y Playa Unión, que comentaba que a ella le impactó mucho ver el día jueves 16 en Rawson, cómo todos los que estaban movilizando, les veías las piernas y todas tenían impacto de perdigones, y muchas se tenían que apoyar en otras para poder caminar y realizar la marcha.

En diciembre, toda la provincia se alzó al unísono del “No es No”. Arcioni tuvo que dar marcha atrás y “bailar de reversa”. Ahora apareció un nuevo proyecto de exploración metalífera, por fuera de los parámetros que planteaba la Ley de Zonificación, inclusive. ¿Cuál es tu análisis sobre esto?

La noticia que se conoció de la minera canadiense y de una posible exploración de una mina de uranio muestra que la exploración no es algo prohibido en la Ley 5.001, y hay cientos y cientos de cateos mineros en toda la provincia, que ya están en fase exploratoria. No me parece que sea algo a tomarse demasiado en serio en lo inmediato, dado que todavía está muy fresca la reacción popular frente a la Ley de zonificación, pero es algo que todavía es de interés de los capitales mineros en la provincia. Hay que ver qué es lo que sucede con la Tercera Iniciativa Popular, si puede llegar a conquistar la prohibición definitiva en la provincia.

 

La falta de proyectos en la Meseta ha generado sistemáticamente un vaciamiento de proyecciones económicas, de modo que se presenta a la entrega de recursos como “la salvación”. ¿Cuál es la postura del activismo antiminero en la Meseta?

Fue realmente difícil encontrar voces de personas que viven en la Meseta, fundamentalmente en Telsen y Gastre, hay algunos testimonios que, incluso, me parecen lo más valioso de la crónica. Hay una conciencia muy grande de los pobladores de la Meseta que se oponen a la megaminería de que la falta de servicios y de infraestructura en esa zona obedece a un intento de que sean los capitales mineros quienes los provean -esto en complicidad con el poder político-, a cambio de legitimidad social. Lo que debiera llevar adelante el Estado, es cedido a los capitales mineros, para lograr un consenso en la población de la Meseta.

A nivel general, en la provincia, esos capitales tienen un aval del Estado provincial que les permite involucrarse socialmente, como vos decís. ¿Tenés un registro de cómo actúan en la Meseta?

Hay un testimonio en particular, que sin spoilear, da cuenta con mucha precisión cómo es que actuó la minera en Telsen, Gastre, Gan Gan, para intentar construir el consenso social para avanza con la actividad. Es una estrategia de intervenir y básicamente colocar recursos en todos los estratos de la sociedad civil y todas sus instituciones con tal de ese consenso. A pesar de todo eso, en lugares donde efectivamente faltan muchas cosas, como el agua, ha habido incluso en esas circunstancias resistencias muy fuertes por parte de la población, que no compraron esa política. Hay incluso un relato que pone de ejemplo una biblioteca, que montó la minera, y que los chicos de la escuela y la comunidad se negaban a utilizarlos [a los libros], por lo que tuvieron que ser devueltos a su lugar de origen. También está el ejemplo de Yala Laubat, que no aceptó que sea la empresa minera la que ponga el nuevo pozo para conseguir agua (hace un año que están sin pozo de agua en el pueblo, la maquinaria enviada por la provincia se rompió y nunca se arregló).