Cultura

29/4/2021

Por la normalización inmediata de los Premios Municipales

No se convocan jurados ni se entregan desde 2012.

Los conocidos como Premios Municipales comenzaron a entregarse en 1918. En los rubros artísticos se entregan a escritores, músicos, teatristas, artistas plásticos. La primera escritora en ganarlo fue Alfonsina Storni. El Primer Premio —hay también Segundo y Tercero— entrega un subsidio vitalicio que actualmente está en $42.251, por debajo de la línea de pobreza.

No se convocan jurados y el Premio no se falla desde 2012; por lo tanto, el monto no se actualiza desde esa fecha. No obstante, el Gobierno de la Ciudad continúa recibiendo originales de obras artísticas como si no existiera esta demora, como si todo funcionara perfectamente. Cada concursante al Premio debe entregar seis ejemplares de la obra que pone a concurso. Estos ejemplares no se devuelven a los escritores, sino que se derivan a las Bibliotecas Populares. El Gobierno de la Ciudad ha “comprado” gratuitamente una gran cantidad de libros desde 2012.

Diversas organizaciones que nuclean a artistas de varias disciplinas —entre ellas, Argentores (sociedad general de autores de la Argentina), Sada (Sindicato Argentino de Autoras y Autores) y la Unión de Escritoras y Escritores— han solicitado reuniones a Enrique Avogadro, ministro de Cultura de la Ciudad, pero nunca fueron recibidas ni sus peticiones respondidas. El ministro dice que “el tema de los premios se reactivó” y que se trabaja “para ordenar todos los premios y lo atrasado”. Respuestas de compromiso que ocultan la verdadera respuesta política: que el Gobierno de la Ciudad, como viene haciéndolo desde hace décadas, desea eliminar los subsidios que otorgan los premios.

En la situación actual, en que los artistas ven reducidas al mínimo sus posibilidades laborales debido a las restricciones que impone la pandemia, el Gobierno de la Ciudad les impide contar con un recurso, por otra parte limitadísimo, pues son muy pocos los artistas que lo ganan. La respuesta de que “no hay plata” no se ajusta a una realidad en la que se subsidia generosamente a las patronales y se las beneficia con exenciones impositivas.

Los artistas reclaman la urgente normalización de esta situación.