“Otroska”, la puesta teatral del dramaturgo Sergio Falcón (su director, además) y Jorge Huertas, se ha reestrenado en el teatro El Grito (Costa Rica 5459, CABA).

 

“Otroska” invita a recorrer un sueño, o una  pesadilla, por los conflictos que aborda: la violencia; la desidia, el deseo incumplido, la culpa, el deseo de conocer nuestros orígenes. La familia es en ella un pasado irresuelto y artificial. La muerte, una ficción despreciable e ineludible que oprime en cada forma el enigma entre la diferencia de estar vivo o estar muerto.

 

Se trata de una obra atípica, por lo menos para lo que suele encontrarse en la cartelera porteña. Es la experimentación de un sueño puesto en escena. De fantasías que nos atormentan, donde lo real y lo imaginario se deforman. Todo con un texto mínimo, alejado del absurdo. Los cuerpos hablan el mensaje, impuro, inmoral, de una vida hecha de conflictos que persiguen a de cada uno de los protagonistas. Como dice el director Falcón: “Tomé la influencia de Francis Bacon para tratar de llevarlo al teatro y ver si podía contar una historia experimentando con ese excepcional realizador”.

 

El dramaturgo Huertas añade: “Es una pesadilla posmoderna. Algo desviada, vaciada de sangre porque se trata del tormento de la culpa. Una emoción antigua”.

 

En este reestreno, “Otroska” se reescribe a sí misma e impregna al espectador de las miserias que lo rodean; conmociona, despierta, para hacernos conscientes de que no vivimos un sueño, que la pesadilla es la realidad de una pesadilla que debe se cambiada. De cuajo.