Cultura

17/12/2020

precarización

Pilar: el riesgo de músicxs de la Sinfónica Municipal y el apriete del intendente

Hace pocos días los músicxs de la Orquesta Sinfónica Municipal de Pilar han empezado un proceso de organización en defensa de sus puestos de trabajo.

La orquesta cuenta con una antigüedad de 4 años, pero en su corta carrera se ha ganado un lugar muy importante entre los vecinos pilarenses. El rol que desempeña como actor fundamental en la difusión de la música orquestal y su continuidad están siendo puestos en duda en momentos en que la cartera cultural municipal –a las claras decisión tomada por el intendente Federico De Achával- no ha dado definiciones a la continuidad de los músicos sino que, peor aún, ha respondido a la intervención callejera de los músicos del 16/12 frente a la municipalidad con un llamado abierto y audiciones para cubrir nuevos puestos concursables pero “requisito excluyente es contar con domicilio en el distrito”.

Esta respuesta patotera y de apriete al pedido de diálogo de los musicxs -que cobran algo más que 5.000 pesos mensuales como becarios- es digna del sello familiar De Achával y se dio minutos después de la presentación callejera con corte de calle frente a la municipalidad.

El camporista Federico De Achával –que se ha quitado el “De” a efectos Nac&Pop- es hijo de un importante empresario del juego, de las apuestas, de los bingos –maquinaria de lavado por excelencia- y del hipódromo de Buenos Aires.

De Achával, Federico, también fue socio de Cristóbal López, el magnate petrolero y dueño de multimedios precarizadores que luego le cedió su participación en el Casino de Buenos Aires y el Hipódromo de Palermo convirtiéndolo en dueño y accionista del mismo. Siendo socios fueron investigados y auditados por la Auditoria General de la Nación que comprobó “que el Hipódromo de Palermo y los barcos de Puerto Madero se controlaban a sí mismos”. López y De Achával le cedían a la Lotería el sistema de control on line de la misma empresa que provee las máquinas tragamonedas a los concesionarios.

El concesionario Casino Club “poseía acceso físico y lógico a los discos en los que Lotería Nacional almacenaba información de las máquinas electrónicas, por lo que potencialmente podía tener acceso a las bases de datos” (La Nación, 25 /9/16). Dicho fácil, los zorros a cuidar el gallinero.

Este sinfín de conexiones entre la política punteril, los negocios sospechosos, los aprietes, los contratos precarios de los que también se valió el intendente Mario Ishii en un ataque feroz contra la Orquesta Municipal de José C. Paz –que solo se vio revertido por la organización y lucha de sus musicxs-, y por fin estos intentos por parte de otro intendente pejotista, son un hilo conductor trazado por la precarización de la que el Estado se apropia, reproduce y distribuye a lo largo y ancho de todo el país.

Recordemos que en un comienzo del aislamiento obligatorio el presidente Alberto Fernández sacó un decreto de prohibición de los despidos y suspensiones, que se ha prorrogado hasta el día de hoy pero que poco ha cumplido la patronal, incluso desde el mismo gobierno.

En un correlato internacional, la crisis económica, la guerra de monedas y el conflicto de intereses capitalistas en guerras comerciales inéditas son la cara de una misma moneda. La pandemia solo ha acentuado, acelerado y revelado de manera brutal, un proceso creciente de descomposición social y económica en la cual los trabajadores son los más perjudicados. Como nunca es necesario poner de relieve una salida a la crisis en los propios términos de los trabajadores.

Es necesario el pase a planta permanente dentro del convenio colectivo de trabajo, la apertura de paritarias, los aumentos de emergencias y garantizar un ingreso que cubra la canasta básica mientras perdure la emergencia sanitaria que imposibilite llevar adelante las tareas de los trabajadores de la cultura.

Por todo esto es necesario organizar y motorizar las bases en perspectivas a asambleas extraordinarias en todos los sindicatos y centrales sindicales. Nos mantendremos en estado de alerta y movilización ante cualquier acción de lucha que la orquesta decida realizar, como ya lo manifestamos el día martes en las calles.