Cultura

8/6/2006|949

Por una Ley de Música que defienda nuestros derechos

No a la ley de Albistur - Telerman

LuchArte


El gobierno anuló el decreto que reglamentaba la Ley del Músico. Kirchner tuvo que dar marcha atrás ante el pujante movimiento expresado en multitudinarias asambleas contra la ley que planteaba una matriculación proscriptiva y la exclusión de los músicos sin relación de dependencia del régimen laboral.


 


La derogación nos retrotrae nuevamente a la situación de precariedad laboral previa. Sólo la conquista efectiva de todos los derechos y reclamos será un verdadero triunfo.


 


El gobierno apunta a formar una “Comisión Técnica” destinada a analizar el “Estatuto Profesional del Músico” y evaluar su modificación con la participación de “las representaciones sindicales y empleadores de la actividad”. Una mesa de concertación con los empresarios y la burocracia del Sadem (única representación gremial reconocida), que desconoce a la Asamblea de Músicos.


 


De allí saldrá una ley que contemple los intereses de las cámaras empresariales (Albistur, Telerman) y regule sólo a aquellos que ya se encuentran en un régimen laboral con contratación o relación de dependencia. El propio Sadem se encargó de aclarar que la ley no se ocupará de la gran cantidad de músicos que están trabajando en negro: “Si son autónomos, esta ley y este decreto no los alcanza”.


 


Para LuchArte, el trabajo en blanco para todos es el primer derecho y la inscripción como músico debe ser gratuita y sin examen, eliminando la matriculación proscriptiva que coartaba el derecho al trabajo.


 


Lo que está en juego es la reglamentación laboral de uno de los negocios más florecientes del capitalismo en los últimos años: las industrias culturales han dejado 8.000 millones de pesos (el 8,2% del Producto) el último año y ocupan a 125.000 trabajadores.


 


La participación de Albistur (secretario de Medios y dueño de ND/Ateneo) en la redacción de la ley es la garantía de los negocios del sector empresarial.


 


Los músicos autoconvocados


 


La confección de una nueva ley no podrá hacerse sin dejar al desnudo intereses contrapuestos de músicos y empresarios-gobierno. Queda planteada la necesidad de una organización gremial de los músicos, independiente del gobierno y la patronal, que luche por nuestros reclamos e imponga una verdadera dirección representativa en el Sadem, basada en la asamblea como organismo máximo y resolutivo. El primer paso dado es la resolución votada en la última asamblea: que sus representantes sean reconocidos por el gobierno como único interlocutor válido. La asamblea debe coordinar los conflictos y dar muestras concretas de solidaridad erigiéndose como un verdadero referente y organizador de las luchas en curso.