Por iniciativa de la Comisión de Mujeres y Géneros del Garrahan, se proyectó el documental realizado por el Ojo Obrero dedicado al caso de Romina Tejerina. Participaron compañeras y compañeros de diversos sectores, que siguieron con interés la proyección, y luego participaron del debate. En él estuvo presente uno de los realizadores –Francisco Rizzi-.

El hecho de desarrollarse en un ámbito de trabajadores de la salud le dio un interés adicional. Sucede que las compañeras se enfrentan cotidianamente las consecuencias desastrosas de la opresión social que retrata la película. Muchas denunciaron en el debate la hipocresía de la Iglesia Católica y su peso disciplinador a lo largo y ancho del país. Se destacó, también, el carácter clasista de la prohibición del aborto, que afecta particularmente a las mujeres sin recursos (“si trabajaste en una Clínica Privada, sabes bien cómo se disimulan los casos cuando hay plata de por medio”). Una compañera de Santiago del Estero planteó que la película refleja cabalmente la situación en el norte argentino, donde los casos como el de Romina son moneda corriente. Se demostró, una vez más, la falacia interesada de que “el aborto solo preocupa a la clase media porteña”. Muy por el contrario, su legalización es una necesidad vital para las mujeres de todo el país.

Varias intervenciones resaltaron la importancia de la organización de las mujeres para enfrentar las opresiones que la película describe con crudeza. En este sentido, quedó planteada una importante agenda de preparación del 8M, que debe ser un paro efectivo, donde las trabajadoras y trabajadores ganemos las calles. Desde la proyección de la película en otros centros de salud, hasta el impulso de asambleas –muchas de las integrantes de la comisión son delegadas de la Junta Interna de ATE-.