Cultura

1/11/2022

Rage Against The Machine: 30 años después… la ira sigue intacta

Treinta años del disco debut de RATM

Lanzado el 3 noviembre de 1992, Rage Against the Machine (RATM) tomaba por sorpresa al público con su primer álbum; un cóctel explosivo que exudaba la fusión perfecta de hip-hop cargado de protesta y el funk-rock más pesado jamás escuchado. La banda, ya desde un primer momento, se convertía en un claro fenómeno único en el mundo del rock con una alta carga política que lograba un gran atractivo en el público masivo.

Ya desde su fundación en 1991 RATM proyectó en su nombre un enorme descontento por lo que sucedía en el mundo. Según el guitarrista de la banda, Tom Morello a eso es a lo que se refería el nombre: “La máquina representada como el sistema, la globalización, el capitalismo, el racismo, la brutalidad, la élite y la ignorancia, entre otras ideas que están mal en el mundo” -en una clara referencia al momento complejo de los EE.UU. Pero mientras que el panorama musical de los 90 estaba inundado con todo tipo de ira prefabricada que nunca tuvo peso en lograr encender una mecha de rebeldía contra el sistema, RATM tuvo éxito donde muchos otros fracasaron, traduciendo su agresión apenas contenida en algo legítimo y tangible.

En su disco debut, se aprecia cómo en el transcurso de 10 pistas y 52 minutos, la banda gira brutalmente en temas diversos: desde el imperialismo cultural hasta el capitalismo, pasando por Mumia Abu-Jamal (preso político) y otros temas de peso. Tal es el caso de la portada del álbum que presenta un recorte de la famosa fotografía de Malcolm Browne de la autoinmolación de Thích Quảng Đức, un monje budista vietnamita, en Saigón en 1963. El monje protestaba contra la administración del presidente Ngô Đình Diệm.

Sobre una estética de protesta social y con un sonido propulsor de rap-metal-funk que sería sinónimo de la banda el álbum original se mantiene contundente y relevante. De cada estruendo bombástico, cada truco de guitarra y solo de Tom Morello son elegidos estratégicamente como quien va a una batalla de frente a la máquina capitalista, por tal motivo, muchos consideran a RATM el sonido de una generación. Cada gruñido y rima soltada es un regalo de Zach De La Rocha para despertar las conciencias dormidas. No por nada el álbum tiene canciones en las que es inevitable cantar junto con Zach: “Vete a la mierda, no haré lo que me digas”. Cantar en un susurro y luego explotar en un grito es la consigna de RATM con cada riff furioso golpeando contra los engranajes.

La banda y su compromiso social a lo largo del tiempo

30 años después, RATM  todavía suena como una alarma musical. Desde la voz alternativamente funky, conmovedora y francamente iracunda de Zack de La Rocha, pasando por la hermética sección rítmica de Tim Commerford y el baterista Brad Wilk, hasta el virtuoso trabajo de guitarra de Tom Morello, la banda aporta muchos elementos aparentemente dispares a su ecléctica visión musical. Las pistas principales del disco siguen en pie, desde la apertura del álbum “Bombtrack” hasta la cocción a fuego lento, justa indignación de “Killing In The Name” hasta los espeluznantes segundos finales de “Freedom”. Lo mismo ocurre con cortes más profundos como “Wake Up” y “Fistful of Steel”, que todavía están erizados de una autenticidad feroz.

Carátula del primer álbum, de 1992

Rage Against the Machine es inflexible y franco sobre su apoyo a las luchas de los oprimidos, los silenciados, la clase obrera frente a los gobiernos explotadores. Eso los lleva a ser parte de múltiples recitales en torno a cuestiones sociales, como cuando tocaron en Zanon que contó con las palabras de Zack de La Rocha y de la banda en favor de las gestiones obreras:

“Los artistas tenemos referentes que nos señalan cómo cambiar la realidad, y con toda sinceridad les digo a ustedes que son mis héroes. Su ejemplo de imaginación, de lucha y de intuición está llegando a los Estados Unidos”, dijo el músico y activista.

Por otro lado, la ruptura temporal (que parecía ser permanente) de Zack de la Rocha con Rage Against the Machine resultó no ser para siempre. Los cuatro principales de Rage se han reunido en ocasiones, o al menos han intentado hacerlo, ya que la pandemia y una lesión de Zack frenaron hasta cierto punto al grupo.

La banda integrada por Zack de la Rocha, Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk se ha mostrado crítica en sus shows con Donald Trump (por sus declaraciones racistas y fascistas) e incluso con el actual presidente Joe Biden, debido a su apoyo a la invasión norteamericana contra Irak en 2003.  Por otro lado, la banda se pronunció contra la reciente decisión de la Corte Suprema estadounidense de anular el fallo Roe vs Wade que posibilitaba el aborto legal a nivel federal. En un comunicado referido al tema, llamaron a “abortar la Corte Suprema”.

Con el debut de la banda estaba a punto de comenzar un movimiento único en su clase que enfrentaría a los siguientes 20 años de música en especial el metal y el rock con un sonido que planteaba un hacer diferente a nivel artístico. La colérica y potente lucha en contra del sistema de Rage Against the Machine es parte de lo que necesitamos para motivar el cambio que el mundo requiere.