La inauguración de la Feria del Libro había sido cuidadosamente preparada para evitar que sucedieran manifestaciones como las del año pasado, cuando estudiantes de los institutos de formación docente protestaron durante el discurso del entonces ministro de Cultura Pablo Avelluto (hoy secretario) e hicieron oír sus reclamos, con repercusión en todo el país. Este año la organización anunció que la entrada a la sala Jorge Luis Borges estaría rigurosamente restringida a los poseedores de una tarjeta de invitación de la Fundación El Libro. Sin embargo, las medidas no pudieron evitar las protestas contra el gobierno nacional que, como se puede apreciar, alcanzan cada vez más ámbitos, clases sociales y espacios culturales.

Luego de los discursos de la presidenta de la Fundación El Libro Teresa Cabano, quien mostró un desolador panorama para la industria editorial fruto de la crisis y la caída abrupta de las ventas, y de un breve discurso del ministro de Cultura porteño Enrique Avogadro, subió al escenario Pablo Avelluto quien, ni bien tocó las gradas, comenzó a recibir silbidos. Al empezar su intervención, una decena de profesores del bachillerato popular ingresaron mostrando sus pancartas demandando salarios para los docentes a la vez que tocaban un instrumento de percusión, mientras cien de sus compañeros protestaban fuera del pabellón. El pequeño grupo fue desalojado por la seguridad, pero ya la llama había prendido entre la asistencia que gritaba: “Fuera Macri fuera”, “¡Los pibes se mueren de hambre!”, “Andate, Avelluto”. El secretario de Cultura no podía hilvanar su discurso, interrumpido a cada instante, ya fuera por gritos del público o por aplausos. En cierto momento y de manera espontánea, la mitad de la asistencia le dio la espalda al escenario mientras le demandaba al funcionario que bajara del escenario. “Tengo toda la noche, no pienso abandonar mi discurso”, decía provocador. Finalmente, el secretario Avelluto culminó sus palabras ofuscado y se victimizó ante TN señalando como fascistas a quienes habían interrumpido su intervención. Por ahí andaba el diputado kirchnerista Daniel Filmus quien opinó sobre la protesta: “Es secundario, lo importante es que pese a la crisis se logra que esta Feria se realice una vez más”. En tanto representante del kirchnerismo, su planteo de acercamiento al oficialismo y la negativa a luchar contra el ajuste se evidenciaba una vez más.

Llegó el turno a la invitada a inaugurar el evento, la antropóloga feminista Rita Segato, quien tituló su intervención: “Las siete desobediencias”. Antes, un grupo de escritoras había levantado sus pañuelos verdes en reclamo de la legalización del aborto gratuito y seguro y, mientras Avelluto era repudiado como representante del gobierno macrista, Segato se había acercado a un sector del público que protestaba para “ampararse” en ellos, según sus palabras, y preguntar los motivos de los reclamos. Su discurso planteó una “transformación histórica” cuyo punto de partida sería el fin del patriarcado y su objetivo, “una sociedad plural”.

Un año más la Feria del Libro fue escenario de la demostración de la exasperación popular frente al ajuste con el agregado de que, a diferencia del año pasado, el público tomó una participación activa en la protesta. Es necesario tomar nota de los sucesos que tuvieron lugar en la inauguración del evento cultural más importante de 2019.