La diputada del Partido Obrero en el Frente de Izquierda – Unidad, Romina Del Plá, presentó el proyecto de Ley de Promoción de la Danza, con el impulso del Movimiento Federal de la Danza y la bailarina Mariela Ruggeri, dirigente de ese movimiento y titular del Sindicato de la Danza en formación. El mismo incluye la creación de un Instituto Nacional de la Danza (Inda), y entró acompañado por las firmas de los otros diputados del FIT-U, Alejandro Vilca, Myriam Bregman, Nicolás del Caño; y Pablo Carro del Frente de Todos. Al momento, otros diputados han comprometido su firma cuando el texto recién sale a la luz.

La cuestión de una Ley Nacional de Danza es una bandera de lucha desde hace años, con el apoyo de la comunidad de la danza, organizaciones de trabajadores de la danza, ballets estables e instituciones educativas. Hace unos años llegó a congregar miles de bailarinas y bailarines, así como estudiantes de danza movilizados por este objetivo. Sin embargo, diversas fuerzas políticas lo fueron frenando, obstaculizando y cajoneando. Solo una senadora por La Pampa presentó en un momento una versión sin financiamiento, que simplemente quedó archivada.

Es imperiosa la necesidad de un Instituto que fomente la actividad a nivel nacional, con un presupuesto acorde y políticas propias para el sector de la danza, que siempre fue el último orejón del tarro dentro de la nula prioridad del Estado a la cultura.

Lo novedoso del proyecto presentado hace unas semanas es la importancia de que en la ley figure un presupuesto destinado a la creación y desarrollo del Inda. Y esto en base a varias vertientes impositivas y de recursos, incluso mediante una reforma del artículo 94 de la Ley del Enacom que prevé una parte de su presupuesto al cine, al teatro y a la música, pero no a la danza. Es muy claro que el arte y la cultura deben ser financiados por el Estado, y más en este momento de lucha por los fondos de fomento de los institutos ya existentes (Int, Inamu, Incaa).

El fomento a la cultura por parte de este Estado, que garantiza los negocios capitalistas mientras ajusta al pueblo, será siempre una conquista de la lucha. La tendencia dominante es el desarrollo de las llamadas “industrias culturales”, un concepto basado en el lucro, reñido en las antípodas con el desarrollo del arte y mediante el cual rigen para el artista las reglas más duras de la explotación del trabajo.

Otro aspecto fundamental que coloca la ley presentada es la democracia interna del Inda: que sus autoridades sean concursadas y electas por los trabajadores de la danza que estén inscriptos en un registro nacional. Así se asegura la transparencia y representatividad de quienes estén a cargo de llevar adelante las tareas del instituto. Hasta hoy el único registro nacional de la danza lo ha llevado adelante a pulmón el Movimiento Federal de la Danza.

El proyecto de ley propone que el Inda fomente la danza en el sector independiente mediante apoyo financiero a la danza no oficial, apoyo financiero a salas, apoyo financiero destinado a la investigación y formación, apertura de circuitos de obras de danza, creación de un archivo de la danza y su patrimonio, difusión y formación de nuevos públicos, creación de un observatorio de la danza, entre otros.

Los trabajadores de la danza somos un amplio sector: bailarines, coreógrafos, asistentes, investigadores, y docentes, que creamos muchas veces en condiciones desfavorables, buscando métodos de financiación y aportando nuestro tiempo de trabajo mal pago, o sin recibir ningún tipo de salario. El ajuste hacia los trabajadores está en marcha, y nosotros, vale insistir, somos uno de los sectores más precarizados dentro de los trabajadores de la cultura. Necesitamos la creación del Inda para seguir con nuestra actividad y mejorar nuestras condiciones de trabajo.

El 10 de noviembre se realizará una audiencia pública impulsada por Romina Del Plá. Invitamos a todos los sectores, organizaciones e instituciones de la comunidad a participar. ¡Apoyemos masivamente este proyecto! para tener un Inda de todos los trabajadores de la danza! ¡Basta de precarización laboral en la cultura!