“Hoy en día el deporte es considerado terrorismo para ellos”, sentencia en una conversación hogareña uno de los personajes de Yallah, Yallah!, un film documental que explora a través de un ángulo original –el fútbol– el día a día del pueblo palestino, y podrá verse en el Cine Gaumont del 24 al 30 de mayo (luego de haber participado del Bafici 2017 y otros festivales en países como Palestina y Ecuador).

 

A través del seguimiento de siete personas vinculadas con este deporte, los realizadores Cristian Pirovano y Fernando Romanazzo construyen un atractivo mosaico de cómo los palestinos perseveran en llevar adelante su vida y sus deseos, en el marco de la ocupación y el hostigamiento por parte del Estado israelí.

 

 

En diálogo con Prensa Obrera, Pirovano narró que el proyecto surgió a fines de 2012, cuando estando en su rol de fotoperiodista en el campo de refugiados de Calandia (el más grande de Cisjordania), “en un callejón, un tipo me habló en castellano y me dijo que tenía que tomar un café con él”. El palestino, fanático de la selección argentina, le comunicó que “tenía la fórmula para hacer que Argentina salga campeón del mundo en 2014”.

 

Retratar esta historia era la idea original, pero el hombre de la fórmula se bajó de la película (Pirovano sospecha que por temor a represalias del sionismo contra su hijo, apresado). Lo que se mantuvo fue la idea de ligar la causa palestina con el fútbol, que comparten en la nación la capacidad de despertar pasiones. De ahí el título de la película –en castellano, “¡Vamos, vamos!”.

 

El film permite ver cómo el peso de la bota militar se imprime sobre el conjunto de los aspectos de la vida, incluida –y cómo–la actividad deportiva. Desde un equipo de punta que ve apresados a siete de sus jugadores, pasando por la interrupción de campeonatos y las prohibiciones de viajar para capacitaciones, para llegar al extremo de la detención arbitraria del “Messi” palestino.

 

 

 

La vida

 

La realización del documental se corresponde plenamente con una búsqueda: la de palpitar una vida que se esfuerza en seguir adelante pese a la opresión. Así, prescinde de las entrevistas a cámara para recorrer las ciudades (“tratamos de mostrar la mayor parte de la geografía de Cisjordania”, señaló Pirovano), meterse en las casas y en las canchas, capturar los cánticos de las hinchadas (realmente dignas de atención), las charlas previas a los partidos y las coloridas fiestas.

 

Yallah Yallah! está colmado de contrastes, que mama de la realidad: la impactante fotografía atraviesa con la misma astucia e impacto tanto las bellezas arquitectónicas de Cisjordania y Jerusalén como las omnipresentes torres de control y la soldadesca vigilante en los territorios ocupados. A su turno, cálidas conversaciones hogareñas dan lugar a relatos escalofriantes, como el de un joven encerrado vivo en una morgue luego de un bombardeo.

 

Está también presente la intrepidez del cronista, como el registro cercano de la represión a las manifestaciones en conmemoración de la “Nakba” –como llaman los palestinos a su éxodo. Como señaló un futbolista palestino de origen chileno –que aparece en la película– “estuvieron filmando metidos al lado de los soldados, con un chaleco de prensa y máscara antigás, en el medio de tiroteos, en la mitad de un enfrentamiento” (El equipo, 27/8/14).

 

El Estado de Israel fue una creación del imperialismo anglo-yanqui para dominar el Medio Oriente. Su formación y expansión implicó la masacre de decenas de miles de palestinos y el desplazamiento de millones. La política de colonización se expresa en recurrentes operaciones militares, el cerco y asfixia económica sobre la Franja de Gaza, y una Cisjordania que ha sido transformada en un conjunto de cantones atomizados y vigilados por las fuerzas israelíes -una militarización que padecen también las propias masas judías. En la avanzada de las últimas semanas en Gaza, el ejército israelí asesinó al menos a 142 palestinos y dejó más de 19.000 heridos (El País, 22/5).



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En ocasión del estreno en el Bafici, el portal pro-sionista visavis publicó una crítica en la que acusa al film de “anti-israelí” y de “incitar a la violencia” –pese a que el texto no cuenta con una sola evidencia de que el redactor haya visto la película. A tono con la política de silenciamiento de los crímenes del Estado sionista, el escrito critica furibundamente la inclusión de la película en la terna de Derechos Humanos del festival.

Por lo demás, Yallah Yallah!, luego de años de trabajo de sus autores y de idas y venidas, sale a la cancha el 24 de mayo. Como los nenes que registra la cámara en la escena final, peloteando en un “potrero” a la vera del gris muro que encierra a los palestinos, se abre camino pese a las dificultades.