Cultura

20/3/2014|1306

Se estrenó Mika, mi guerra de España

Retrato de una revolucionaria de nuestro tiempo

El documental -basado en las memorias de Micaela Feldman- recupera la historia de una militante marxista argentina que luchó en las filas del POUM, siendo la única mujer en comandar una tropa en la Guerra Civil Española.

La primera pregunta que surge al echar un vistazo a las vidas de Micaela Feldman -alias Mika- e Hipólito Etchebehere es por qué se tardó tanto en hacer una película sobre ellos. Dos sobrinos nietos de Etchebehere, Fito Pochat y Javier Olivera, son los primeros en saldar esta deuda con el documental “Mika, mi guerra de España” (2013), así como Elsa Osorio lo hizo en el plano literario hace dos años con su novela Mika, publicada en España también con el título La capitana.

Nacida en 1902, Mika, a los 15 años, ya militaba en el anarquismo rosarino. Mientras estudiaba odontología en Buenos Aires, conoció al militante marxista Etchebehere, quien la sumó a la revista Insurrexit. Ingresaron al PC en 1923 para ser expulsados dos años después. En 1926 participaron de la fundación del Partido Comunista Obrero (PCO), primera escisión de izquierda del PC. Ambos viajaron a la Patagonia investigando las masacres de obreros ocurridas a comienzos de la década del ’20 y luego a Berlín. Allí fueron testigos de la fortaleza de las organizaciones obreras y de la izquierda, pero también de su impotencia ante el ascenso del nazismo.
Signados por un espíritu revolucionario, y tras un paso por París, llegaron a Madrid en los días que estalló la guerra civil. Etchebehere fue nombrado jefe de una columna del Partido Obrero de Unificación Marxista, el POUM, pero murió en el frente. Lo reemplazó Mika, quien sería la única mujer en ocupar un lugar de mando en combate en la guerra civil.

El libro que Mika escribe en 1976 (Mi guerra de España) les abrió los ojos de esta historia a Pochat y Olivera, quienes lo utilizan para recuperar esta historia. Mika y su compañero Hipólito fueron testigos y protagonistas de luchas fundamentales que dio la clase obrera en la primera mitad del siglo. Y sufrieron en carne propia, en Alemania y en España, el desastre al que la III Internacional de Stalin llevó a los trabajadores.

En la película hay muy pocos testimonios. Habla Arnold Etchebehere, sobrino de Hipólito, quien establece un puente entre las generaciones. La actriz Cristina Banegas le da voz a Mika, interpretando emotivamente en off algunos pasajes del libro. Y, por último, aparece la propia Mika en dos entrevistas (una en francés y otra en español). Tal vez se hubiesen podido utilizar otros recursos (como ficción o animación). Pero es, sobre todo, la palabra y la imagen de Mika, junto a un notable trabajo de edición, la que le da potencia al documental.

Mika (y el documental) sabe explicar los acontecimientos históricos y trasmitir emoción al mismo tiempo. Se emociona con las esperanzas y la lucha de los trabajadores alemanes y españoles, y cómo estas esperanzas son destrozadas por direcciones estalinistas criminales y la contrarrevolución. Habla con claridad, firmeza, tranquilidad. En su relato se entrelazan el odio a la explotación y el amor a Hipólito.

La columna de Mika en la Guerra Civil se destacó por su bravura y su disciplina, donde además reinó la igualdad absoluta entre mujeres y hombres para todas las tareas. Arrestada por el estalinismo, Mika permaneció en Madrid hasta el final de la guerra. En 1946 volvió a Francia. El histórico mayo del ’68 la encontró enseñando a los estudiantes a levantar barricadas y, en 1976, organizó las primeras movilizaciones contra la dictadura argentina. Murió a los 90 años. Las cenizas de esta revolucionaria de nuestro tiempo fueron arrojadas al Sena.


Nicolás Rijman

Para leer más sobre la historia del Partido Obrero de Unificación Marxista entrá en la versión digital de Prensa Obrera, al artículo titulado
“El Poum”.