Cultura

28/9/2020

Sobre Euphoria, la serie por la que Zendaya ganó el Emmy

En la producción de HBO, no hay un camino de héroe: hay una vida (adolescente) atravesada por contradicciones, en muchos casos, insalvables.

Zendaya acaba de ganar el Emmy a mejor actriz superando a nada menos que Jennifer Aniston. Con 24 años se convirtió en la mujer más joven en ganar un Emmy y la segunda mujer negra en la historia de estos premios. Aprovechamos esta noticia para hablar de Euphoria, la serie por la que recibió el galardón.

Lo primero que sabemos es que la protagonista nace pocos días después del ataque a las Torres Gemelas. Todo un gesto de encuadrar una generación (llamada centennial). Recordemos el contexto estadounidense marcado por la política del miedo de Bush, las “guerras preventivas”, el estancamiento económico (nula creación de empleo), la crisis de las punto com (al inicio de la década) y la Gran recesión desatada por el estallido de las hipotecas subprime. Esto sumado a la emergencia de la “vida virtual” con la primacía de las computadoras y celulares.

Las repercusiones psicológicas de lo mencionado no son metafóricas. Como señalara en una entrevista para The Atlantic, Jean M. Twenge, quien investiga los cambios de comportamiento intergeneracionales, en el marco de la llamada Gran recesión y con la “colonización” de los celulares en la cultura, “las tasas de depresión y suicidio en adolescentes se han disparado desde 2011”. En la serie hay una escena que podría resumir esto, cuando la protagonista le dice a su amigo dealer  “el mundo se acaba y yo no terminé la secundaria”

¿De qué va?

Narradora en off y protagonista, Rue Bennett -interpretada por Zendaya- es una toxicómana adolescente que enfrenta una innumerable cantidad de problemas psiquiátricos.

Jules (Hunter Schaffer), es una chica trans recién llegada al pueblo que se maquilla increíblemente. Su primera relación con el pueblo es conociendo hombres a través de una app de citas. Sin embargo no es solo un papel donde su participación sean en tanto chica trans y las potenciales dificultades de un proceso de cambio, sino que por el contrario con ese proceso asumido, el personaje tiene derecho a tener otros problemas, otro abanico de complicaciones. Como dijo la intérprete de Jules en Variety, “es necesario que haya más papeles donde las personas trans no solo tengan que lidiar con ser trans, sino que están siendo trans mientras se ocupan de otros problemas” (21/7/19). Rue, que está en una suerte de proceso de abandono de su mejor amiga de la infancia, Lexi, establece una relación instantánea por hipnosis inmediata con Jules.

Kat -interpretada por Barbie Ferreira-, uno de los personajes más atractivos,  se convierte en dominatrix virtual;  Maddy (Alexa Demie) y Nate (Jacob Elordi) son la pareja tóxica perfecta (con todas las acepciones posibles del adjetivo). Él es un jugador de fútbol americano y ella es la chica “popular”. Pero cada uno por separado es un mundo de sensaciones. También están Fezco, el dealer que quiere a Rue como una hermana menor; Cassie y Mckay (la pareja “ideal”), y más.

Si bien, en términos superficiales, los personajes responden a una suerte de tipificación, a medida que avanza la trama esa tipología es licuada por completo. Diferente, por ejemplo, a Sex education, que al lado de Euphoria es una caricatura infantil. Los personajes rumbean por todos los roles y estados de ánimos posibles. No hay un camino de héroe: hay una vida (adolescente) atravesada por contradicciones, en muchos casos, insalvables. Oscuridad, sexo, violencia, drogas, alcohol y trap, con un exiguo halo luminoso, atraviesan esta primera temporada (la única hasta el momento). También sería justo decir  sencillamente que se retrata un grupo adolescentes en busca de aprobación.

La historia transcurre en un presente al que se le cuela una voz en off (que es Rue) que viene con flashbacks que impregnan la historia central con historias personales y completan conceptos que de inmediato aparentan no estar desarrollados. Es un lindo recurso, porque, si bien por momentos se desliza alguna reflexión políticamente correcta, no se muestra moralizante, ya que esa voz en off de Rue es, también, una expresión de un clima de época. La serie, dirigida por Sam Levinson, tiene un guion directo y eficaz, que conmueve con sus planos y la musicalización.

¿Es la serie perfecta?

Habría que ver qué significa eso. Lo sí sabemos es que si va a existir una serie perfecta va a ser de HBO. De hecho la mejor de todas (Los Sopranos) y la segunda mejor (The Wire) son de esta cadena.

La interpretación de Rue Bennett por parte de Zendaya es indudablemente exquisita. No tiene baches. Al revés, nos lleva a sus ansiedades, pozos depresivos, brotes, y subimos de nuevo con ella. De hecho todos los personajes de Euphoria son interpretaciones gigantes. La comparación de Zendaya con Dominic West, que encarna a Jimmy Mcnulty en The Wire, quizá sea injusta, si se tiene en cuenta los momentos poco creíbles (escasos por cierto) de embriaguez que interpreta el actor en la serie.

Sin lugar a duda es una serie que rompe paradigmas, como quizás hizo en su momento Skins (pero con un halo de “perfección”, que habrá que corroborar en lo sucesivo).

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