Cultura

11/8/2020

Sobre la presentación de Acta (Asociación Civil de Trabajadores del Arte)

Lanzado por actores y actrices con presencia en la industria, propone un "aggiornamiento" que amenaza los convenios colectivos y paritarias del sector.

Actuemos

“Quién no conoce su historia está condenado a repetir sus errores” (adagio popular)

“La cuarentena reunió a un importante grupo de artistas "jóvenes" que decidieron crear la Asociación Civil de Trabajadores del Arte (Acta). Ellos la definen como una 'institución transversal a las existentes que viene a promover el diálogo y generar debates para entender necesidades propias y ajenas'", se recoge en la edición del 10 de agosto de Pronto.

En su presentación en sociedad, realizada este lunes 10 a las 18 h, sostuvieron desde ese espacio que "los cambios en el modo de desarrollar nuestra actividad –la proliferación de las plataformas on-demand, el streaming y la segmentación de audiencias-, han dejado claramente relegada nuestra industria nacional en comparación con las producciones extranjeras. Creemos necesario contar con nuevos enfoques en los regímenes jurídicos y económicos actualmente existentes, como también renovar la visión cultural e institucional relacionada con nuestra industria, para que, equilibrando debidamente y de manera justa todos los intereses en juego, sirvan de incentivo para la generación de contenidos nacionales, favoreciendo así mismo la eventual coproducción con otros países” (Ámbito, 10/8).

Tal fue el speech de este grupo de colegas “jóvenes”, condición destacada por la amplia cobertura mediática que “levantó” el lanzamiento de la asociación civil, o “nacidos en democracia y criados en la era digital” como gustan definirse.

Vamos por partes: ¿quiénes integran la asociación? Entre los más activos se encuentran Gastón Soffritti, presidente de ACTA; Peter Lanzani, vice; el "Chino" Darín, "Lali" Spósito, Julieta Nair Calvo, Manuela Pal y Andrés Gil, entre otres. Es decir, el grupo dirigente está conformado por  colegas que hoy les toca en suerte trabajar en la industria. No es un demérito ni se trata de ponderación alguna de su calidad y potencialidades artísticas, solo el señalamiento de que participan de un pequeño grupo que vienen trabajando en el cine o la televisión desde hace unos años. Algunos de ellos -dato no menor- también son productores. Como puede leerse en su proclama fundacional o las notas periodísticas, no explicitan solidaridad alguna con les miles de compañeres que se encuentran desde hace cinco meses sin ingresos. Su preocupación pasa por “no quedar fuera del mercado”, por lo que, entienden, deben ser “más competitivos” (Voces Críticas, 10/8).

Sigamos: ¿qué proponen en concreto? Leída con atención, la proclama fundacional propone un aggiornamiento jurídico y económico para equilibrar, dicen, todos los intereses en juego. En criollo, atacan los convenios colectivos de trabajo del sector y los ingresos regulados en común (mediante paritarias). El sueño capitalista que cobra total vigencia en la profundización de la crisis mundial por la pandemia.

Bastaría mirarse en el espejo de Polka –productora creada en 1994- para adivinar dónde puede llevarnos el policlasismo promovido por Acta. La pujante y “copada” productora de Adrián Suar, “uno de nosotros”, generador de grandes éxitos televisivos y hoy en sociedad con el grupo Clarín, decidió tras la cancelación de Separadas (la gran apuesta de “el trece” para su prime time en materia de ficción) y de frenar el único proyecto que seguía en carpeta (la segunda temporada de El Tigre Verón), “no pagar los salarios, adeuda el aguinaldo y avanza con presiones para provocar despidos encubiertos”. Así lo relataron este 23 de julio a FM Fribuay (en un testimonio accesible en Radio Cut, 23/7) los trabajadores que se movilizaron hasta Canal 13, señalando además que, mientras lo que pagaron lo hicieron merced a los ATPs otorgados por el gobierno con plata del Anses, repartieron dividendos hace unos meses entre sus accionistas, por mas de 800 millones de pesos. Quien no conoce su historia…

Lo más importante, sin embargo y como es habitual, no es lo dicho, sino lo callado. En comunicaciones internas previas a la oficialización de Acta se destacaban objetivos. Entre los de corto plazo, “realizar un acuerdo entre los agentes que componen la industria audiovisual argentina, con la finalidad de lograr un protocolo que permita regresar a la actividad, estableciendo 'reglas de juego transitorias' hasta que exista una 'nueva normalidad'". Entre los de mediano plazo, “lograr un acuerdo entre partes sobre un convenio exclusivo para plataformas (OTT) que no esté regido por el convenio laboral de televisión (Es necesario crear uno a medida, debido a lo que requieren las nuevas tecnologías)". En cuanto a los de largo plazo, vale citar a los tres: “1) Tener incidencia directa en convenios de la industria y poder proponer mecanismos de aggiornamiento con bases claras para poder producir obras audiovisuales en las diferentes plataformas. 2) Proyecto federal: fomentar la competencia entre provincias (caso España), logrando incentivos fiscales y promoviendo el trabajo en distintos puntos del país. 3) Revisar y trabajar sobre la Ley del Actor".

La crisis capitalista nos enfrenta claramente ante dos alternativas: buscar la salida individual, la competencia brutal entre pares, la quimera del emprendedurismo y la coalición de clases que siempre se ha develado como el maquillaje que garantiza una mayor precarización y explotación de les trabajadorxs, o desarrollar la lucha colectiva, consciente y fraterna de, en este caso, les artistas y técnicos en pos de sus reivindicaciones. Debemos estar atentos hacia donde evoluciona esta asociación, siendo críticos sobre los aspectos anti sindicales y tendientes a la liquidación de paritarias que ya se han manifestado, al tiempo de promover espacios de discusión con sus integrantes para agotar en términos de camaradería profesional las posibilidades de compresión y revisión del alcance de lo enunciado.

La posibilidad del desarrollo de estas intentes (nada nuevo en nuestro ámbito, donde ya hubo otras que consideran solo el interés de un grupo reducido de compañeres que trabajan en la industria, despreocupándose de la realidad crítica de les aproximadamente 60.000 actrices y actores existentes), que liquidarían condiciones laborales y salariales, viene de la mano y responsabilidad de la dirección burocrática Celeste de la Asociación Argentina de Actores, prescindente ante la situación catastrófica de la inmensa mayoría del gremio por la falta de ingresos e impotente ante  las patronales por su sujeción al gobierno pro patronal de Fernández-Fernández.

Para defender nuestros convenios colectivos, condiciones de trabajo y establecer “protocolos” que establezcan límites a la precariedad, y de emergencia luchar a fondo por establecer la compensación salarial de $30.000 en base a un impuesto a las plataformas digitales (OTT) y a las grandes fortunas, es preciso recuperar nuestro sindicato para las actrices, actores bailarinxs y demás artistas escénixs, en la perspectiva de la organización independiente de les artistas.

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