Star Wars: el despertar de la fuerza
La vuelta del relato setentista
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Desde hace años, Hollywood manifiesta una falta de ideas nuevas: buena parte de su material se basa en remakes, biografías, novelas y comics; y la precariedad laboral de los guionistas, los cuales hoy cobran la mitad de la paga que recibían diez años atrás, ha llevado a que muchos de ellos deban refugiarse en las producciones televisivas.
Es en esta crisis donde Star Wars, uno de los mayores íconos de la cultura popular del siglo XX, dice presente en esta cruzada de remakes con su épica historia de lucha eterna entre el bien y el mal, con su episodio VII, “El despertar de la fuerza”.
Al infinito, y más allá…
Dirigida por J. J. Abrams y producida por la ya conocida -y hoy adquirida por Disney- “LucasFilm”, esta nueva entrega puede también considerarse como una especie de “doble remake”, ya que además de retornar a la pantalla grande un clásico de la ciencia ficción, lo hace con el espíritu de la primera entrega de 1977, con escenarios naturales, batallas aéreas propias de un filme bélico, un manejo más sobrio y realista de la animación computarizada y la eliminación definitiva de los cortes abruptos de escena. De esta manera, la aniñada precuela iniciada en 1999, que más que una película se asemejaba a un juego de Play Station, queda eclipsada.
En este nuevo episodio, la acción se sitúa a unos treinta años de “El retorno del Jedi (1983)”, donde por un lado la Alianza Rebelde -hoy rebautizada como Resistencia-, aún no ha podido restituir la República en la galaxia; y por el otro, los restos del Imperio Galáctico han resurgido con el nombre de “Primera Orden” bajo el mando de Kylo Ren, un joven seducido por el lado oscuro de la fuerza y que idolatra al desaparecido Darth Vader.
La principal pugna entre estas dos facciones será dar con el paradero del Jedi Luke Skywalker, el cual se encuentra perdido en la galaxia en una suerte de ostracismo, y cuyo mapa de su ubicación se encuentra escondido en un robot llamado “BB8”.
Dicha búsqueda estará protagonizada por Rey, una suerte de “cartonera” espacial que sobrevive vendiendo restos de naves en un planeta desértico y Finn; un ex soldado “Stormtrooper” de la guardia imperial que decide desertar frente a los sanguinarios planes de la Primera Orden. Por último, y para el beneplácito de los viejos fans, la película cuenta con los personajes legendarios como el carismático Han Solo y su compañero Chewbacca, la princesa Leia y los robots androides R2-D2 y C3PO.
Que la fuerza te acompañe
Star Wars ha generado por décadas debates sobre sus posibles metamensajes políticos, donde la dicotomía República vs. Imperio Galáctico parece manifestar una postura política: el poder ilimitado de las corporaciones es un peligro para la democracia. Es en esta lucha donde los rebeldes quieren restaurar la democracia liberal y representativa, pero no instaurar ningún otro sistema de gobierno, sino hacer una democracia liberal más justa.
A este escenario se le suma la propia dimensión psicológica de los guardianes de estos valores, o sea los caballeros Jedi, donde una serie de conflictos emocionales los pueden desequilibrar y llevarlos al lado oscuro de la fuerza.
Aun así, Star Wars tiene la virtud de ser un film de ciencia ficción donde los héroes están despojados de todo tipo de chauvinismo (luchan por el bien de toda la galaxia, con un ejército de humanos y alienígenas) y en donde la victoria significa derrotar a un régimen opresor, algo diametralmente opuesto a las clásicas películas de ciencia ficción influenciadas por la guerra fría.
La notoria similitud entre la alianza rebelde y el ejército sandinista; el Imperio galáctico con el fascismo; los combates tipo guerrilla de una raza de nativos extraterrestres llamaddos “Ewoks” contra las fuerzas del Imperio -como una apología al aplastamiento del ejército norteamericano por parte del Viet-Cong-, así como las referencias contra la guerra de Irak en “El ataque de los Clones” de 2002, son los guiños políticos en los que la actual película trata de anotarse los propios con un actor negro y una mujer como principales héroes de este nuevo episodio.
Más allá de ciertas redundancias en su guion, “El despertar de la Fuerza” logra hacer de la experiencia del cine, en tiempos de películas en Streaming, tablets y televisores HD, una emoción similar a la vivida en los años ’70.
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