Cultura
28/3/2021
Tony: la industria del rap y el narcotráfico
La nueva miniserie francesa de Netflix y la espectacularización del lumpenismo.
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“Tony” es la nueva miniserie francesa dirigida por Ange Basterga y Nicolás López, que tiene como particularidad que está íntegramente grabada mediante cámara subjetiva dándonos a entender que es un metraje encontrado o “found footage”. La serie además cuenta con una duración promedio de cada capítulo de 10 minutos estando así orientado a su visionado en smartphones o tablets.
La serie mediante su formato particular nos hace ver en primera persona la historia de un director de videoclips y un camarógrafo que son enviados por el sello discográfico para el cual trabajan a grabar el video del rapero Tony a un barrio marsellés. Desde el comienzo se nos muestra a Tony como el líder de una banda narco que intenta ser una estrella de rap luego de haber salido de la cárcel. El sello discográfico pretende explotar esta imagen de rapero gangsta y por eso constantemente presionan al director del videoclip para mostrar la vida delictiva de Tony y sus amigos.
Un punto interesante es que al jefe del sello discográfico nunca lo vemos personificado, sólo sabemos de él por la comunicación telefónica que mantiene con el director del videoclip o el propio rapero. Este jefe se nos presenta como un personaje que nos es negado como espectador pero que está omnipresente en la vida de ambos personajes y hasta decide por ellos mismos. De este modo vemos una discográfica que solo le importa mercantilizar rap de rue (el símil francés del rap gangsta norteamericano) aún a pesar de las consecuencias que esto significa en la vida de sus trabajadores.
Como contrapartida del lucro de la vida narco vemos a un Tony que confiesa querer cambiar su estilo de vida, al igual que gran parte de sus compañeros de banda e incluso lo mismo escuchamos en boca del director de videos que aspira a hacer cine con impronta artística. Sin embargo esto no se nos presenta del todo como una crítica a la espectacularización del narcotráfico y la lumpenización. La propia serie recae en esta espectacularización mediante una narrativa que se centra exclusivamente en los problemas entre bandas narcos y un montaje de las escenas de tiroteos que nos hacen recordar incluso a los videojuegos en primera persona.
El uso del rap y la locación no son casuales en esta serie. Francia es el segundo mercado de rap después de Estados Unidos y Marsella es una ciudad portuaria en la que permanentemente actúan bandas narcos. Al igual que ha pasado con el rap gangsta norteamericano y el subgénero del trap, los sellos discográficos explotan esta visión espectacularizada del narcotráfico y el delito para conseguir más reproducciones y ganancias a costa de la propia vida de los artistas.
Lamentablemente Tony no es un personaje solo de ficción, muchos raperos que no han visto ingresos por su actividad musical terminaron en prisión o incluso asesinados. Frente a esto es necesaria la organización de los músicos y artistas para pelear por sus propias reivindicaciones y que junto a la clase obrera luche por mejores condiciones de vida.
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