Cultura

23/3/2021

Un comentario sobre “Historia feminista de la literatura argentina”

Editado por Eduvim, la obra completa cuenta de 6 tomos y un diccionario de autoras.

Las historias de la literatura, en general, suelen soslayar la obra de las escritoras. Son muy pocas, cuando existen, las antologías que las incorporan. La historia, también la de la literatura, escrita siempre por los vencedores, no parece registrar más que al género masculino.

El libro que comentamos ahora es el tomo 5 —la obra consta de seis tomos y un diccionario de autoras— de una historia que intentará visibilizar, dar cuerpo crítico, a la literatura escrita por mujeres. Este volumen abarca el período comprendido entre la última década del siglo XX y la actualidad. Y no solo es un mapa de autoras y obras de las tres últimas décadas, sino que desnuda la matriz privilegiada de la masculinidad y ahonda —como dicen las autoras “en un gran problema político y literario, ético y estético: aquel que se pregunta qué historias son narrables, qué cuerpos son visibles y qué relatos son legibles”.

Las editoras plantean que esta historia es feminista porque “entiende que la reflexión sobre el género es una toma de posición, y que el feminismo es un modo de leer que reorganiza saberes históricos, políticos, identitarios y literarios. (…) Feminista, también, porque entiende que el género es siempre ante todo una pregunta y que su afirmación binaria fijó valores, formas del conocimiento, modos de estar en el mundo y jerarquías literarias”.

Y agregan que tanto la literatura argentina como el feminismo son “espacios abiertos a sentidos aún en fase de reflexión y en conflicto. Se trata de una alianza, una potencia imaginarizante que habilita la aparición de un sujeto político plural pero que, además, da cuerpo a una masa poética, narrativa y crítica en disputa con pactos sociales, afectividades y temporalidades lineales”.

La bajada del título es por demás elocuente: “poéticas de la fragilidad y la revuelta”. Fragilidad irradiada hacia ambos extremos: por un lado, la fabulosa crisis del sistema capitalista debilita a su clase dirigente, que no halla el rumbo y hunde a la mayoría en la miseria; por el otro, los trabajadores, sitiados por la desocupación, el hambre y la caída estrepitosa de su calidad de vida, encaran luchas defensivas en procura de mantener sus conquistas, devastadas especialmente en estas últimas tres décadas por los capitalistas y su casta política.

En esta realidad, la situación de la mujer es doblemente crítica: explotada por el capital y por el patriarcado. Pero es en la fragilidad donde nace el deseo de revuelta. Deseo que es, al mismo tiempo, necesidad: la revuelta es el único modo de defenderse del ataque. La necesidad se vuelve deseo y viceversa.

Desde el menemismo hasta hoy la sociedad se muestra cada vez más fragmentada. La innumerable cantidad de trabajadores que han perdido su empleo en esta etapa se alistan en trabajos clandestinos y mal remunerados o pasan a formar parte de la interminable lista de desocupados que reciben un mísero subsidio estatal. Esta gran masa, que ha perdido su identidad social, se sumerge cada vez más en el pantano sin salida de la desesperación. La fragmentación social genera también una literatura fragmentada, fomentada incluso por las redes sociales y su paradigma de escritura veloz.

Debido a esta situación, piqueteros, feministas, lesbianas, travestis, entre otros grupos, comienzan a organizarse en defensa de su vida y sus derechos e, incluso, en el terreno de la literatura, para publicar de manera autogestiva e independiente.

La crisis de diciembre de 2001, como consecuencia de la entrega del país y la liquidación de las conquistas obreras bajo los gobiernos de Menem y De la Rúa, es un hito insoslayable que marca la etapa más reciente de la política argentina. La revuelta, encabezada por los trabajadores desocupados organizados en los movimientos piqueteros, marcó la entrada en una situación política que todavía atraviesa críticamente a todas las clases sociales. En ella, también las luchas por los derechos humanos y los de las minorías dieron pie a la conquista de algunas leyes importantes, como la ley de matrimonio igualitario y la de identidad de género, luego de una larga lucha de los movimientos LGBTI+.

Las mujeres, y en especial las trabajadoras, han sido en las últimas décadas la vanguardia de la revuelta en la Argentina. La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito ha marcado la agenda de lucha y movilización que dividió las aguas con los sectores más recalcitrantes de la sociedad y logró la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, después de una disputa de décadas contra la oposición de gobiernos de distinto signo político: Menem, De la Rúa, Duhalde, los Kirchner, Macri. Más que nunca se puede afirmar que el derecho al aborto fue conseguido por la firmeza de la lucha de las mujeres.

Pero también las mujeres han sido las víctimas preferenciales de una sociedad machista y un Estado prescindente, que intentan reprimir la revuelta y mantenerlas en su condición de doble explotación. El creciente aumento de femicidios, así como la desidia de las instituciones estatales, cuando no su complicidad con los femicidas, son una muestra elocuente de que, sin una organización independiente del Estado, la situación no va a cambiar. El hecho de que muchos de los asesinos sean policías no deja de ser significativo.
Estos ensayos ponen en cuestión los presupuestos sobre los que se sostiene el “bien común”: orígenes y tradiciones, familias y herencias.

De todos estos temas y unos cuantos más da cuenta la literatura escrita por mujeres en los últimos treinta años en la Argentina, representada ampliamente por el volumen que reseñamos.
El tomo contiene treinta y un ensayos, dos introducciones y un epílogo. Las autoras —entre ellas, Nora Domínguez, Lucía De Leone, María José Punte, Andi Nachon, Anahí Mallol, Inés Kreplak, Francine Masiello, Tamara Tenembaum, Juana Roggero, María Sonia Cristoff, Laura A. Arnés, Paula Jiménez España, María Moreno, Tamara Kamenszain— son escritoras y docentes universitarias.

* Laura A. Arnés, Nora Domínguez y María José Punte (directoras). Historia feminista de la literatura argentina. Tomo 5: Laura A. Arnés, Lucía De Leone y María José Punte (coordinadoras). En la intemperie. Poéticas de la fragilidad y la revuelta. Buenos Aires, Eduvim, 590 páginas.

Gacetilla de prensa Festival (1)