Cultura

13/10/2016|1432

Un festival de otra clase

Frente de Artistas


La décima edición del Festival Latinoamericano de la Clase Obrera (Felco) ha comenzado. Si bien sus jornadas centrales  se realizarán entre el 24 de noviembre y el 12 de diciembre, comenzaron las actividades previas en Buenos Aires y en ciudades del interior (La Plata y Santa Fe capital hicieron punta), previo a la intervención de artistas de Bolivia, Chile, Brasil y Uruguay. El Felco empieza a ser un acontecimiento artístico de primera magnitud, vinculado con las luchas obreras y populares de Latinoamérica. “Un festival de otra clase”, como dice su convocatoria, en el que habrá cine, teatro, literatura, plásticas y fotografía.


 


Diez ediciones ya constituyen tradición. Esa década ha sido una etapa de primera importancia en la historia política de la región y en la repercusión artística de esa historia.


La primera edición (Buenos Aires, 2004), en la que sólo hubo cine documental, estuvo marcada por un proceso de rebeliones populares en la región, que en nuestro país tuvo su pico en el Argentinazo de 2001. Ese proceso derrumbó gobiernos, destruyó el sistema de partidos tradicionales y, en muchos casos, desintegró los aparatos del Estado. Para contener ese derrumbe, e impedir la victoria de los levantamientos, surgieron gobiernos centroizquierdistas y nacionalistas, que como en el caso de los Kirchner se abocaron a tratar de reconstruir la autoridad del Estado.


 


América latina quedó recorrida por manifestaciones artísticas de aquel proceso. El primer Felco, como dijera hace poco el cineasta Julián Morcillo (revista El Otro, 21/6), fue producto de una convocatoria “casi a ciegas” del Ojo Obrero que recibió, sorprendentemente, una enorme respuesta. Hasta el nombre del festival resultó polémico, cuando el auge posmodernista tenía vedados los términos “clase obrera” y “proletariado”, y hasta la palabra “política”. El Felco habría de desarrollarse y consolidarse en esa polémica.


 


En las vísperas de esta nueva edición, la situación política ha cambiado. La crisis capitalista, que mina gobiernos de todo signo político, hace que las experiencias nacionalistas y centroizquierdistas se desmoronen y se vean relevadas por regímenes derechistas que, sin embargo, no consiguen reunir las condiciones necesarias para el ajuste que procuran aplicar. Las experiencias de la derecha tropiezan con el salto que se opera en la bancarrota capitalista y con la resistencia y oposición que la crisis y los ajustes generan en los trabajadores.


 


Mientras aquellos centroizquierdistas se sostuvieron, la cooptación de artistas por parte de los poderes del Estado fue intensa, sistemática. Los regímenes derechistas, por su lado, desarrollan sus propias tentativas de cooptación. El gran desafío es constituir una corriente independiente del Estado y de los partidos de la burguesía. La fusión de los artistas con el movimiento obrero es el problema a resolver.


 


El Frente de Artistas concurre a esta nueva edición del Felco como a las anteriores: a recuperar la tradición de los grandes festivales de las décadas de 1960 y 1970, como los de Chile y Mérida (Venezuela) en los que se debatía abiertamente el problema de la revolución y el lugar de los artistas en los procesos revolucionarios. Y la etapa política que empieza a abrirse se avizora riquísima en ese sentido.


 


Allá vamos.