Cultura

15/8/2022

Un SAdeM vaciado y quebrado

La bancarrota política, económica y sindical de la Lista Celeste

SADEM

El Sindicato de Músicxs atraviesa una crisis terminal, está en cesación de pagos y quebrado económicamente. Adeuda salarios del personal administrativo y a docentes de su Escuela de Música, a quienes envía telegramas de despido, lxs músicxs que cobran sus actuaciones a través de las cuentas del sindicato no reciben su pago y la obra social se encuentra en bancarrota.

Las denuncias que Músicxs Organizadxs hiciera oportunamente sobre esta situación de vaciamiento y quiebra son ahora reconocidas por la directiva electa en diciembre de 2021, que admite “haber recibido un sindicato totalmente quebrado en términos económicos” y que “la auditoría de la rendición de cuentas presentada por la gestión anterior, arroja como resultado serías irregularidades tanto en el ámbito administrativo cómo el contable” pero, ¡la gestión actual es continuidad de la anterior!

Así se presentó a en las elecciones pasadas (ganadas mediante fraude), la Lista Celeste, que gobernó el mandato anterior, postulando para ser reelegidos a 7 de 11 cargos directivos, incluyendo al actual presidente Alberto Giaimo y al reelecto Secretario General José “Maquina Levicoy” quienes formaron parte de esa gestión que admiten fue desastrosa. Son los mismos que patoteaban a integrantes de M.O. que denunciaban las irregularidades mocionando que la dirección no rendía cuentas y no abría los libros en las Asambleas Ordinarias de Memoria y Balance. El “Máquina” era de los que mocionaban que los mismos fuesen votados a “libro cerrado”.

Sin embargo, la debacle económica es solo un aspecto del derrumbe del SAdeM. La gran quiebra es en terreno sindical, gremial y político, en la ausencia de una lucha consecuente por la defensa de los derechos laborales y artísticos de lxs músicxs. La precariedad laboral es la moneda corriente en la actividad cultural, según un reciente estudio de las UNESCO “La prevalencia del trabajo por cuenta propia en las ICC refleja la preponderancia de los encargos por proyecto y a corto plazo en el sector. Los autónomos y trabajadores por cuenta propia tienden a tener menos derechos laborales y sus empleos pueden rescindirse más rápidamente que los de los empleados contratados.” (UNESCO: Las industrias culturales y creativas frente a la COVID-19, junio 2021).

Del SAdeM solo se reciben “consejos e indicaciones” para que individualmente se reclame por contratos y derechos. Pero lo que haría a un empresario o simple contratante pagar en regla no es la presión particular, es una acción colectiva que enfrente a los empresarios, para eso están los sindicatos que luchan como lo demuestra el accionar del SUTNA para imponer mejores condiciones de trabajo para con sus respresentadxs.

Un informe del INAMU da cuenta del desconocimiento de una gran mayoría de músicxs de sus derechos laborales y artísticos, particularmente los derechos de autor, la relación con discográficas y plataformas como Spotify. Por supuesto la recomendación y “ayuda” a su vez son cursos de derechos legales y autoría. El rol de un sindicato no solo es enseñar cursos mediante, es el organizar colectivamente los reclamos, intervenir frente a las empresas que lucran con las producciones musicales y ser el interlocutor valido frente al estado y empresarios privados.

La actividad musical postpandemia se ha degradado aún más en términos laborales, el magro 70-30 ya no es de recaudación genuina sino de la gorra en muchos casos. El “pagar para tocar” sin seguridad social, cobertura médica o ART es lo común y no la excepción.

La Lista Celeste ya ha demostrado que prefiere un sindicato vaciado, fiel a la conducción de la burocracia entregadora de la CGT, para disponer de sus bienes materiales y sede para satisfacer sus apetitos personales. La necesidad de una organización gremial que organice democráticamente a lxs músicxs en asambleas periódicas, que debata y encabece un plan de lucha por los reclamos de sus afiliadxs está a la orden del día. Necesitamos construir esa nueva herramienta que nos represente.