Cultura
17/1/2023
Una lluvia de imágenes desde la ceguera
En “¿Qué hago en este mundo tan visual”?, el documentalista Manuel Embalse imagina mundos junto a Zezé Fassmor, no vidente y artista multidisciplinario.
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El documental se estrena el 19 de enero.
“Tomé una decisión. Me dije: ya que he perdido el querido
mundo de las apariencias, debo crear otra cosa: debo crear el futuro”
Jorge Luis Borges, La ceguera
Tras su recorrido por festivales, este jueves 19 se estrena en salas de Argentina “¿Qué hago en este mundo tan visual?”, largometraje documental dirigido por Manuel Embalse.
Producida por el colectivo Antes muerto, la película se centra en Zezé Fassmor, un joven artista multidisciplinario de origen peruano y residencia porteña, que perdió la visión a los 25 años.
Es inevitable sorprenderse ante el hecho de que Zezé, desde hace años, filme y tome fotografías. Pero esa sorpresa, apoyada en nuestros prejuicios de videntes, colabora definitivamente a hacer más profundo el efecto del film. Con la expectativa de innovaciones médicas que puedan en un futuro devolverle la visión, Zezé registra con su cámara el mundo que le rodea, construyendo un archivo de las personas y lugares que cruzó: un archivo al que tal vez pueda volver. En el proceso, comparte sus imágenes con el mundo.
Rehuyendo de narrativas más clásicas, que profundizan la demarcación entre el “mundo ordinario” y los paisajes exóticos en los que el héroe se adentra, la película recoge con igual entusiasmo el día a día de Zezé y el viaje que este realiza a las Cataratas del Iguazú en compañía del equipo de filmación. La cotidianeidad del artista es un universo de lenguajes múltiples que tanto él como el documental trastocan en poesía. Por caso: en la previa de la visita a las Cataratas, que Zezé nunca visitó, lo vemos dibujar un bosquejo de las mismas, basado en el recuerdo que tiene de un documental que vio hace mucho. Prosaica y relajada, la escena es un gran ejemplo de cómo la película hace converger, sin necesidad de subrayar, los temas que la atraviesan. De un lado, el dibujo resultante pone de manifiesto la tenacidad de Zezé por intervenir en lo visual pese a su ceguera. Del otro, es precisamente su falta de visión lo que nos da una imagen esclarecedora de cómo funciona en general la memoria humana, siempre una reconstrucción de reconstrucciones, remoldeada por la imaginación, mediada por el afecto.
Este flujo entre lo cotidiano y lo inexplorado, lo artificial y lo orgánico, el pasado y el presente, entronca con un tópico repetido en el film, que es el del agua. “La primera vez que se me desprendió la retina”, dice Zezé, “era como estar mirando un poco bajo el agua. Era como estar sumergido, como bucear en la vida”. Apasionado de la mitología griega, más adelante evoca los ríos del infierno, y entrelaza el carácter de cada uno con los desafíos de su vida.
En esta perspectiva de flujo, de continuidad, se destaca la atención prestada por Embalse al habitual intercambio entre Zezé y “Siri”, la asistente virtual que reside en su celular. El protagonista no solo recorre con ella las redes sociales, tuitea, busca en Google y chatea; le lanza también preguntas que desafían a su inteligencia artificial. A medida que avanza, el film construye imágenes que parecen emular un posible mundo interior de la criatura, y hasta pone a su voz robótica a declamar poemas. Si los informativos nos colman en estos días sobre la capacidad de la inteligencia artificial para crear arte “igual al de un/a artista”, aquí se nos interpela en un sentido inverso: el de cómo podemos hacer arte humano jugando con la inteligencia artificial.
La tecnología, y esta pregunta por su vínculo con lo humano, es un tema constante en el metraje. Si el interrogante de qué hacer “en este mundo tan visual” remite a un tuit publicado por Zezé un tiempo antes del rodaje, es lícito asumir que Embalse, al ponerlo en el título, lo hace propio. En una era en que la producción de imágenes, mediada por la tecnología, se intensifica sin límites a la vista, y en que esa sucesión hipertrofiada parece hacer obsoleto todo video del día anterior, el cine no puede esquivar a esa pregunta.
Si protagonista y director no clausuran la pregunta, al menos le hacen frente: Embalse, sumergiéndonos en una vida que nos es desconocida, preguntándose cómo volver imagen y sonido la visión de un ciego. Zezé, bailando con su bastón como si fuese Fred Astaire, evocando mitos griegos y guaraníes y hasta animándose a retratar sin ver.
Permanece un coraje: el de hacer sin garantías, como apuesta. El archivo de fotos y videos de Zezé, construido para la mirada del mañana, entronca así con los desafíos de todo arte, y en particular el de aquellos y aquellas que procuran un cambio radical del mundo. Intervenir en el presente, hacia el futuro.
“Qué hago en este mundo tan visual” se estrena el jueves 19 de enero a las 19.15 h en Cine Gaumont (CABA), donde permanecerá hasta el 25 de enero inclusive. En febrero, continuará todos los sábados a las 18 h en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken (CABA).
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