Cultura

11/12/2014|1344

Una represión que no cesó


“¿Cómo hacer aparecer lo que años de historia han insistido en ocultar? ¿Por qué resulta necesario desaparecer a un obrero, a un estudiante y a un pibe de barrio? ¿Quiénes tienen el poder de hacerlo?”. Nunca digas nunca es un documental independiente, colectivo y anónimo que reflexiona y denuncia cómo funciona la represión en la actualidad”, señalan los realizadores de este audiovisual en su página web (http://www.desaparecidosendemocracia.com/).


 


El film profundiza un tema poco tratado en el cine y tabú para la cultura política oficial: la continuidad de la represión luego de la llegada de Alfonsín al poder y sus diversas formas (represión de manifestaciones, gatillo fácil y, haciendo foco especial, la desaparición de personas). Nunca digas nunca enumera más de 200 desapariciones en los últimos 31 años por parte de organismos de seguridad y se centra en cuatro casos (Luciano Arruga, Miguel Bru, Julio López y Jonathan “Kiki” Lezcano), con testimonios de familiares y luchadores por los derechos humanos.


 


La película tiene varias virtudes. Muestra el origen histórico del mecanismo de desaparición por parte del Estado, señalando antecedentes como el Estado nazi o las intervenciones imperialistas en Indochina y Argelia. También remarca el carácter social específico de este tipo de represión en Argentina en los setenta -es decir, su carácter de instrumento de la clase dominante para acabar con la vanguardia del movimiento obrero y popular. Nunca digas nunca es un documento irrefutable de que, aunque en menor escala, la represión, la tortura y el asesinato siguen siendo herramientas ineludibles para mantener la dominación de clase.


 


Las entrevistas con los familiares y conocidos de las víctimas no pueden dejar de conmover a nadie. Ellas (madres, hermanas y compañeras) cuentan cómo fue la búsqueda desesperada e infructuosa, los oídos sordos y el encubrimiento de los poderes políticos y judiciales y, luego, la necesidad de la lucha y la organización. En particular, la hermana de Luciano, Vanesa Orieta, expresa una lucha contra la estigmatización de los jóvenes de los barrios, y el clima de miedo y represión sembrado por medios de comunicación para justificar la intervención policial.


 


Aunque posee algunos aspectos cuestionables en su voz en off y sus licencias poéticas, Nunca digas nunca es un documental para ser visto y difundido, porque es una valiosa herramienta de lucha. Se exhibirá en el próximo picnic del Partido Obrero y luego habrá un panel de debate con abogados de Apel y familiares de casos de impunidad. También puede ser vista de forma completa en la web del documental.