Cultura

7/2/2021

“Zoraida, la reina del Abasto”: el teatro en la calle

El Teatro El Extranjero, en Buenos Aires, estrenó su temporada haciendo honor a su nombre. Una extranjera, Zoraida, la reina del Abasto cuenta su historia proletaria. Llegó al país hace pocos años buscando una mejor  perspectiva de vida. Trae la ilusión de progresar e ir trayendo de a poco a hijos y familiares. Comienza trabajos por los que recibe magros ingresos, necesitando trabajar más en sus momentos de descanso. Va armando su mundo real en su sueño, dentro de sus creencias, en este nuevo país. Lo hace paso a paso a paso por el Abasto a través de los oídos del público, acompañándolo por escenarios de fábula, monumentales algunos, construidos durante siglos.
La obra transcurre en las veredas y calles, un recorrido por El Abasto hasta la sorpresa final. Las peripecias ponen a Zoraida a merced de chacales y ladrones -sufrimientos de los migrantes proletarios de todas las épocas. Y el amor la pone a merced de la opresión hacia las mujeres. Pero batalla a modo chejoviano y va sorteando los escollos de la vida.

Los procedimientos de la obra están basados en su totalidad en recursos existentes en el teatro o en manifestaciones de acciones culturales del mundo y del país. La novedad es la imaginación de les artistas que están escribiendo la historia del teatro en este tiempo de pandemia, al alcance de un público popular, inventando nuevo sobre lo existente.

Les espectadores, cada quien con su auricular, que tiene luz propia, forman de conjunto una nube humana iluminada que se mueve, siendo receptora del relato y a su vez siendo el teatro mismo.

El procedimiento teatral con dispositivo en movimiento es parte de la historia del teatro, el brillo de la creación lo traen quienes lo mantienen vivo y a tono con los refinamientos de la época. El estreno de Zoraida, la reina del Abasto comparte la idea de teatro en procesión con Intervención Ferreyra, estreno de octubre del año pasado en los parques, una con teatro independiente donde hasta los espectadores son dispositivo y la otra con teatro con perspectivas revolucionarias donde en la obra son actrices y actores los que mueven el todo. Y ambas comparten optimismo sobre un futuro para la vida humana.

Zoraida, la reina del abasto, dura 30 minutos hasta la Sorpresa final donde el teatro se despliega con toda su potencia emocional de empatía amorosa u horror según la conciencia del público. De cualquier manera trae una sonrisa entre tanta hosquedad, y por ello hay que agradecer.

El teatro ya está en la calle, donde nació, según dicen cuentan todos los estudios. Y está en la calle haciendo atisbar la potencia de los inicios fundantes. O re-fundantes.