Otro golpe conmocionó fuertemente a la comunidad educativa. Se trata de la muerte por Covid-19 de Juan Carlos Ramírez, auxiliar de portería de la Escuela 21 DE 3, que se contagió realizando sus tareas. Esto se da luego de la insistencia por parte del gobierno de la Ciudad del regreso a clases presenciales sin condiciones ni presupuesto que lo avalen. La semana pasada ya tuvimos que lamentar la muerte de otro trabajador docente.

Los auxiliares de portería son parte del personal más expuesto al virus. Trabajan en condiciones super precarias y con salarios de miseria donde la falta de materiales de cuidado y trabajo es la constante de cualquier escuela. En esta situación se pone de manifiesto que la falta de personal los expone aún más ya que data de largo plazo el vaciamiento de la planta para avanzar hacia la tercerización del personal (cuadrillas) en condiciones todavía más denigrantes.

La situación se agrava aún más ya que muchos de ellos aún no han sido vacunados, aunque sean forzados a trabajar como esenciales. El motivo remite a que se encuentran en el quinto lugar de prioridad de vacunación dentro de los trabajadores escolares, por lo cual frente al faltante de vacunas su riesgo aumenta de sobremanera. Para Larreta y Acuña, los auxiliares de portería son descartables.

Las cifras de contagios alcanzan números récord desde iniciada la pandemia, pero el gobierno de la Ciudad y Nacional sostienen que están dadas las condiciones para la presencialidad y que los trabajadores se contagian “fuera de los lugares de trabajo y de estudio”. Resulta nada más que una impostura para garantizar el lucro de las patronales. Mientras, los voceros oficiales se esfuerzan en responsabilizar a los jóvenes y a las reuniones sociales como única causal de la multiplicación de contagios cuando en realidad son ellos mismos quienes generan las condiciones para que suceda.

Si bien se ha determinado un asueto en la escuela donde trabajaba en repudio por la situación, lejos estamos de tener un plan de lucha real que organice a los auxiliares por condiciones que garanticen la salud de estos trabajadores. Aunque Sutecba reclama por la vacunación, en los hechos no han movido un dedo por lograrlo. Incluso han estado involucrados particularmente en la vacunación VIP dentro del GCBA. Por su parte ATE termina convalidando la parálisis, siendo cómplice de una política general de los distintos gobiernos que se viene cobrando la vida de los trabajadores.

Responsabilizamos a Larreta y Acuña por la muerte de este trabajador. Reclamamos que el gobierno, frente al cuadro epidemiológico, garantice la educación en condiciones y los recursos para toda la comunidad educativa.

Necesitamos que esta bronca del sector sea canalizada no solo en repudio a todos los responsables, sino organizando un plan de lucha, como viene realizando la docencia encolumnados en Ademys.  Para frenar esta política antiobrera y ajustadora de ambos gobiernos tenemos que visibilizar nuestros reclamos en un plan de lucha y un paro activo por todas nuestras reivindicaciones que no pueden esperar.

 

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