Educación

6/7/2021

CABA: muere una docente embarazada y su bebé por Covid-19

A pesar de su condición, no había sido inoculada.

Consejo Directivo de Ademys

Los docentes recibimos con bronca la noticia del fallecimiento de la Valeria Cherner, profesora de la Escuela Normal nº 10. La compañera cursaba un embarazo de siete meses cuando se contagió COVID-19. A pesar de no tener enfermedades de base y tener tan solo treinta y siete años, las complicaciones de la enfermedad obligaron a realizarle un parto inducido, su bebé murió diez días después. En el día de ayer murió, tenía otra hija de tres años edad. La docente se encontraba dispensada y aún no había recibido la vacuna al momento de su internación. Su marido se había contagio de COVID. El también era docente y el gobierno porteño le había rechazado la dispensa a pesa de que convivía con un familiar de riesgo. El caso de Valeria caso conmueve por lo dramático y pone el dedo en la llaga de la política aperturista que expone a los trabajadores.

La terrible noticia llega en el momento en que el gobierno porteño está haciendo volver a la presencialidad a la mayoría de los dispensados que han recibido una dosis de la vacuna. La resolución del ejecutivo de la ciudad se ampara en la resolución conjunta de los ministerios de trabajo y de salud nacionales, firmada por Moroni y Vizzotti. La convocatoria se da en el marco de un progreso en de la primera inoculación al personal docente y no docente.  Aún cuando el gobierno ha jugado su suerte frente a la pandemia en la vacunación, el avance del proceso entre los docentes fue resultado, sin dudas, de la enorme lucha que venimos desarrollando. No obstante, la segunda dosis está lejos de estar garantizada al igual que la crisis sanitaria de ser superada.

Aun así, como parte de una orientación aperturista común, el gobierno nacional y el gobierno de la Ciudad obligan a trabajar presencialmente a los grupos de riesgo inoculados con una sola dosis de la vacuna. Resulta absolutamente criminal que esto se haga en el cuadro el que el semáforo epidemiológico aún se encuentra en rojo (la ciudad se encuentra por arriba de los 500 casos cada 100.000 habitantes acumulados en los últimos 14 días, mientras que el índice para el cierre de escuelas de la SAP y los CDCs norteamericanos pone el techo en 200), con una alta ocupación de camas, una mortalidad sostenida y en medio de la aparición y circulación de nuevas variantes de virus.

Al igual que Moroni y Vizzotti, el ejecutivo porteño plantea que con una dosis de la vacuna ya se genera inmunidad suficiente incluso para las personas comprendidas en los grupos de riesgo. Sin embargo, no han publicado prueba científica alguna que avale estas afirmaciones. A la fecha se sabe que las personas de riesgo vacunadas no están exentas de infectarse y no existen datos fehacientes sobre sus consecuencias, aún menos con una dosis y mucho menos ante las nuevas variantes del virus cuya resistencia a las vacunas no está todavía comprobada. Larreta y Acuña deberían avanzar con el nombramiento de personal docente para cubrir las tareas que no puedan hacer los compañeros dispensados, en vez de ponerlos en riesgo.

El caso de Valeria Cherner expone de conjunto el fracaso de los gobiernos frente a la gestión de la pandemia. La compañera a pesar de su condición no pudo acceder a la vacuna en tiempo y forma, porque los gobiernos, pudiendo incautar la producción local de los laboratorios, privilegiaron las ganancias de los empresarios del sector por sobre la necesidad urgente de la vacunación de la población. Valeria en un primer momento había asistido a la guardia del Bazterrica en Palermo, y aunque saturaba bajo la mandaron devuelta a su casa. La crisis y colapso del sistema sanitario al que asistimos cuesta vidas. Es por eso que desde el Partido Obrero y el FIT-U planteamos muy tempranamente la necesidad de la centralización del sistema de salud.

En un cuadro de saturación del sistema de salud el gobierno expone a trabajadores con condiciones de riesgo al contagio, sin completar su inmunización y avanzando además en el cese de los docentes que están cumpliendo suplencias de los dispensados. La política bolsonarista de Larreta y Fernández tiene como único objetivo el ajuste que garantice el pago de obligaciones con los organismos de crédito internacional.

La docencia y el resto de los trabajadores deben repudiar esta política, y reclamar la anulación de las resoluciones contra los trabajadores dispensados. Hoy más que nunca está vigente la continuidad del plan de lucha contra esta orientación de ajuste que descarga la crisis sobre los trabajadores. Organicemos al gremio por la suspensión de la presencialidad sin condiciones, por la vacunación completa del conjunto de la población, por el acceso gratuito a dispositivos y conectividad para docentes y estudiantes, contra el intento de exponer a los trabajadores de riesgo con una sola dosis, por la defensa del estatuto y la reapertura de paritarias.

 

 

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