Educación

27/11/2019

Cae mampostería sobre la cabeza de una docente en la Escuela secundaria 28 de Florencio Varela

El 26 de noviembre una docente de la secundaria 28 de Florencio Varela sufrió heridas en su cabeza como resultado del desprendimiento de mampostería del techo del aula donde estaba trabajando. Un accidente que pudo haber terminado en tragedia. Las escuelas del distrito no constituyen una excepción respecto a las del resto de la provincia de Buenos Aires. Las muertes de Sandra y Rubén en Moreno, debido a la explosión de una garrafa, han sido solo una expresión enormemente dolorosa del derrumbe escolar bonaerense, atribuible no solo al gobierno de Vidal sino a sus antecesores, aunque al mismo le quepa una cuota fundamental de responsabilidad. Luego de esas muertes, tuvieron lugar otros episodios casi trágicos, entre ellos accidentes que casi llevan a la muerte por electrocución o caídas similares de mampostería.


La burocracia de Suteba, sin embargo, alardeaba sobre el cumplimiento de las doce condiciones que el gobierno había firmado con el Frente de Unidad Docente para dar clases en condiciones de seguridad. Apenas una puesta en escena para justificar la capitulación frente al gobierno de Vidal y no mover las aguas garantizando la paz social en función de la política de recambio electoral bajo la consigna “Hay 2019”.Pero la realidad da cachetazos inevitables, y la descomposición a la que lleva la crisis capitalista, una de cuyas expresiones es el derrumbe edilicio de las escuelas ha sido ese cachetazo. Un nuevo impacto que corre el velo del abandono completo del mantenimiento escolar, que quita el maquillaje de la tranquilidad en las escuelas. Que se pretende ocultar mediante la presión sobre los docentes a quienes se los conmina a trabajar, y a los alumnos a permanecer en las escuelas sin luz y sin agua, con desbordes cloacales, mediante una presión agobiante y ostensible de los equipos de inspectores sobre los directivos de las escuelas (aunque en el reglamento de instituciones educativas esté previsto interrumpirlas frente a la falta de condiciones).



En el fondo de este derrumbe catastrófico está el enorme endeudamiento de la provincia con fondos de inversión, que asciende a 12.000 millones de dólares. Su pago puntilloso exige, entre otras cuestiones, bajar drásticamente el gasto público. Esto recorta los fondos para refacción y construcción de escuelas, plantea cierres de cursos, liquidación del régimen de licencias, ataque al salario y al estatuto, etc. La reducción del  presupuesto educativo es en función de colocar el presupuesto provincial al servicio del pago de la deuda. Y en esto Vidal ha sido puntillosamente cumplidora y lo será Kiciloff . Como dijimos, la realidad ha dado un cachetazo que ha impactado en el rostro de docentes y auxiliares. ATE Florencio Varela ha declarado un paro el 27 de noviembre reclamando la emergencia edilicia. Suteba ha decidido un paro desde el mediodía del mismo día para abrazar la escuela afectada. Ni siquiera hay una medida común, y ninguna de ellas ofrece una perspectiva que enfrente el desastre edilicio provincial, para el cual es necesario repudiar el pago de la  deuda externa de 12.000 millones de dólares. Este paro no debe ser la estación terminal, debería ser un paro de advertencia.


Hace falta la realización de asambleas en toda la provincia, conjuntas de docentes, auxiliares y estudiantes y un congreso de bases provincial de los mismos para votar un plan de lucha que incluya la exigencia de apertura de los libros contables de la provincia por parte de representantes docentes auxiliares y estudiantiles, que pongan a la luz los negociados y chanchullos cometidos( entre ellos el cierre de la Unidad Ejecutora Provincial), que sobre esa base se castigue penalmente a los responsables, que se triplique el presupuesto educativo sobre la base dl no pago de la deuda y de un impuesto progresivo al gran capital, y con eso se financie la construcción y refacción de escuelas. La catástrofe existente es  incompatible con la integración completa de los sindicatos docentes al estado. Nuestro desafío es superar, mientras luchamos, a la burocracia celeste de Suteba e imponer una salida propia que satisfaga nuestras reivindicaciones.