A escasas horas de que terminara la semana lectiva, el  intendente Martín Llaryora y el secretario de Educación, Horacio Ferreyra, enviaron un saludo a los y las docentes municipales, de escuelas y jardines maternales, para homenajearlos en vísperas de su día y convocaron a un acto virtual vía streaming.

La invitación del jefe de gobierno levantó enorme indignación entre los y las docentes y directivos del sistema, quienes interpretaron la iniciativa como una lavada de cara ante el avasallamiento permanente de derechos, que ha resultado ser el común denominador de la gestión del PJ al frente de la municipalidad. Esta indignación se tradujo en la viralización del hashtag #LlaryoraNoHayNadaQueFestejar  y en la colocación de la opción “no me gusta” al enlace del acto, que fue luego replicado con imágenes en otras redes, logrando amplia difusión. También un grupo de docentes realizó a la misma hora de la convocatoria al acto una manifestación en las gradas del palacio 6 de julio, con pancartas que reclamaron  “sin conectividad y sin datos, no hay escuela pública”.

Es que desde que asumió la intendencia, Llaryora ha establecido medidas –ampliamente reflejadas en Prensa Obrera– orientadas a generar un descomunal ahorro a costa de precarizar el salario y avanzar contra las condiciones de trabajo municipales. En educación, particularmente, se ensañó apenas comenzada la cuarentena, suspendiendo actos públicos programados, lo que dejó sin cargo y sin salario a un enorme grupo de docentes de ramos especiales de planta transitoria.

También deslizó, como comentario de pasillo, que “era más caro sostener el sistema municipal que enviar a los estudiantes a la “Academia Argüello”,  lo que le valió el amplio repudio de la comunidad educativa. Difundió cifras exorbitantes y falaces sobre salarios que cobrarían los docentes y directivos municipales a fin de menoscabar la alta imagen que tiene la opinión pública sobre ellos, apostando a provincializar el sistema.

Asimismo, suspendió adicionales de seguridad dejando establecimientos a la deriva, e hizo la vista gorda ante la expoliación del salario de los trabajadores de limpieza tercerizados, que recibieron migajas en plena pandemia. Recortó la jornada de auxiliares y administrativos y pretendió avanzar con una reforma de la ordenanza que regula el sistema educativo y se encontró con una comunidad educativa organizada que frenó, como en ninguna otra repartición, la ofensiva patronal. El freno obligó a retirar el proyecto de ordenanza, a abrir una mesa de negociación y a efectivizar actos públicos, aunque realizados a cuentagotas y solo sobre cargos curriculares, dejando por fuera a los docentes de jornada extendida.

En la semana previa a esta jornada homenaje, las autoridades de la cartera habían desarrollado reuniones por zona de inspección en la pretensión de evitar un enfrentamiento de conjunto de los equipos directivos. Pero encontraron un mismo interlocutor que plasmó en una nota colectiva los reclamos por restitución salarial, por conectividad y recursos para los estudiantes. La docencia ha aprovechado la pandemia para superar sus propios límites, avanzando en la organización virtual de las escuelas.

En ese contexto de ajuste, los educadores interpretaron el acto homenaje de la cartera de educación como lo que es: la pretensión de las autoridades por lavarse la cara con una mano, mientras sostienen el ajuste con la otra.

Desde nuestra agrupación municipal Lista Fucsia, acompañamos en las calles y en las redes cada uno de los reclamos pendientes de los trabajadores de la educación municipal, recordando en este día particularmente a Carlos Fuentealba, docente y delegado asesinado por la espalda por la policía del gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, el 4 de abril de 2007, mientras regresaba de una manifestación en reclamo por sus derechos. Levantar las banderas por lo que aún nos falta conquistar es el único homenaje sincero y digno hacia quienes defienden el derecho a la educación pública.