El ministro de Salud de la provincia de Córdoba, Diego Cardozo, declaró que “estamos entrando al pico” (Cadena 3, 18/7) y que los próximos 45 días serán los más difíciles de la pandemia. Advirtió, además, que el brote en el área metropolitana de Buenos Aires “repercutirá” en Córdoba, lo que bosqueja un panorama bastante claro de la situación en la que se encuentra el sistema educativo y por defecto, la vuelta al aula por parte de alumnos, alumnas y docentes.

Cardozo agregó también que “siempre contemplamos la posibilidad de volver (a una fase anterior) y es lo que no queremos” y si bien la fecha barajada para la vuelta a clases era el 3 de agosto, se “sigue analizando la evolución de la patología y cómo se comporta” y que “las clases no van a comenzar todavía porque en este instante estamos teniendo una situación sanitaria  preocupante”.

En líneas generales, las escuelas de la provincia de Córdoba no están en condiciones de comenzar las clases. Desde que se inició la etapa del distanciamiento preventivo y obligatorio hasta la fecha, en las escuelas no se ha colocado ni un rollo de papel higiénico, no se reparó una sola puerta o no se ha repuesto un solo vidrio, no se verificó ni restableció el suministro de gas y los calefactores, no se acondicionaron los espacios, etc. Una vuelta a las aulas en estas condiciones son una condena al contagio y propagación del coronavirus por las riesgosas condiciones a las que seríamos sometidos alumnos, alumnas, docentes y no docentes en las escuelas.

Según los índices presentados por el COE (Centro de Operaciones de Emergencia), la pandemia no ha sido controlada aún. Siguen surgiendo brotes por doquier- como el reciente caso del geriátrico del populoso barrio de Alta Córdoba- y no hay un plan de hisopados masivos sistematizado en lugares de riesgo.

La pandemia ha dado la excusa al gobierno provincial y municipal para aplicar sendos ajustes al conjunto de los trabajadores y a la docencia en particular: no se han cubierto las materias especiales y se avanza en un desmantelamiento del convenio en municipales, todavía no se convocaron las suplencias en inicial, primaria, media ni en la Universidad Provincial de Córdoba, bajo la órbita de la provincia, sin mencionar la reforma previsional que impacta sobre los jubilados actuales y sobre todos los aportantes a la caja provincial.

En este marco y con una paritaria que vence a fin de julio, la burocracia sindical de Uepc (docentes cordobeses) está convocando a concentraciones raquíticas y caravanas elitistas accesibles para docentes con vehículo, convocadas con 24 horas de anticipación, que solo demuestran el carácter de impostura ante el reclamo de las y los trabajadores de la educación. La burocracia está lubricando el paso de todo el paquete de ajuste del gobierno de Juan Schiaretti.

Las y los docentes debemos organizarnos, formar junto a la comunidad educativa en su conjunto comisiones para constatar que las medidas de bioseguridad propuestas por el COE y la OMS (Organización Mundial de la Salud)  sean respetadas e implementadas con un aumento de presupuesto por parte del Estado acorde a las necesidades de cada institución educativa, para garantizar que las condiciones para volver a las aulas estén dadas.

Debemos exigir que se cubran absolutamente todos los cargos y horas cátedras, para que ningún alumno o alumna esté sin docente y ningún o ninguna docente sin trabajo. Exigir que se lleven adelante todas las obras de infraestructura necesarias para garantizar una apertura de escuelas segura para toda la comunidad. Hay que luchar por el 82% móvil para les jubilades, para que se deroguen todas las leyes que no lo garanticen y por la reapertura de la negociación salarial del acuerdo que vence en julio.