El clero al asalto de la educación sexual
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El ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Alberto Sileoni, festejó que se marcha a la aprobación de una ley de Educación Sexual en la Ciudad de Buenos Aires para colegios públicos y privados. Una ley similar establecida por la Legislatura de la provincia de Buenos Aires fue vetada en 2004 por Solá, por expreso pedido de la curia. “Se aprendió de la lección de 2004”, dijo Sileoni. La ley de la Ciudad está basada en un “consenso entre todos los actores”.
Luego del veto de Solá, en la provincia sólo existe un plan piloto de aplicación de la enseñanza de educación sexual en 75 de las miles de escuelas bonaerenses; es “transversal” (no es una materia específica sino que se aborda en diferentes asignaturas, en un plano subordinado) y sus contenidos están fijados en función de los reclamos de la Iglesia.
Entre Ríos es la otra provincia que “tiene” una ley sobre educación sexual. Fue aprobada en 2003, pero jamás fue reglamentada. En consecuencia, la Iglesia Católica impuso una serie de reformas, que cuentan ya con media sanción de la Cámara de Diputados, que anulan las perspectivas de género de la norma original, reemplazan la prevención de los embarazos no deseados por artículos que defienden la vida desde la concepción, ratifica la potestad de los padres en materia de educación sexual, y se opone a la enseñanza y distribución de métodos anticonceptivos entre los adolescentes. Una pinturita.
Sileoni festeja que aprendió a capitular ante el clero y el oscurantismo, dando paso a una visión anticientífica, regresiva y represiva de la sexualidad de la juventud. Filmus apoya la iniciativa porteña para generalizarla en una ley nacional.
De la mano de estos “progresistas”, la Iglesia avanza en su influencia y control contra la juventud. Le entregan el control de la educación sexual a los Grassi.