Educación

12/7/2007|1000

El gobierno destruye la educación

Sin gas, sin salarios, sin presupuesto

Durante el último bimestre, las escuelas de la Capital fueron un verdadero polvorín. El frío invernal desnudó la política educativa. Estudiantes del Moreno, Fader, Nacional 13, Normal 1, Confederación Suiza, Acosta, Normal 7, entre otros, tomaron sus colegios ante la falta de calefacción y el deterioro edilicio.


Las autoridades de los colegios se han opuesto sistemáticamente a los reclamos estudiantiles, intentando justificar el colapso educativo. En la Técnica 8 una alumna fue zamarreada por una vicerrectora; cientos de alumnos fueron amenazados, otros suspendidos, perseguidos y hasta acechados por la seguridad privada, como en el Normal 1. Ante el derrumbe educativo, la necesidad de organizarse en las escuelas es imperiosa. Pero esas organizaciones, los centros de estudiantes, para garantizar la consecuencia en sus reclamos y luchas, deben ser independientes del gobierno, y por lo tanto de sus directivos.


En medio del polvorín, la gran lucha del Pellegrini ha marcado un camino: la democratización como una salida a la destrucción de la educación pública. Para enfrentar la privatización, planteamos que el gobierno de la educación deje de estar en manos de las empresas y el Estado, y pase a manos de los estudiantes y trabajadores.


La UJS está desarrollando una fuerte campaña en los colegios, formando agrupaciones combativas que pongan en pie de lucha a Centros de Estudiantes independientes de las autoridades y democráticos, para luchar por la democratización y por la defensa de la educación pública, laica y gratuita. Defendemos la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, como una herramienta de coordinación y lucha independiente del gobierno.


Los gobiernos capitalistas, como el de Kirchner, no pueden darle una solución al agotado sistema educativo, que tiene una base social minada: los bajos salarios para los trabajadores, la destrucción física y mental de la juventud. La única perspectiva para defender la educación pública es la organización y la lucha. Llamamos a construir una organización revolucionaria de la juventud, para poner la educación al servicio de los trabajadores y el pueblo y no del capital financiero, acompañando el desarrollo de una alternativa de carácter obrero y socialista.