Educación

11/9/2017

El Plan Maestro y la Secundaria del “Futuro” (primera parte)

Triplete antieducativo: reforma laboral, devaluación escolar y ajuste


En las últimas semanas de agosto y las primeras de setiembre del 2017 han salido a la luz cuáles son los verdaderos objetivos de la reforma educativa en curso, del proyecto de Ley del llamado “Plan Maestro” y de la “Secundaria del Futuro” que promueve el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) y Mauricio Macri a escala nacional.


 


De los documentos oficiales que explicitan las nuevas “metas” educativas surge nítidamente que el único interés es la devaluación de la escuela y su adaptación a lo que denominan el “mundo del trabajo”, la destrucción de las condiciones de trabajo y salariales docentes eliminando el convenio laboral -el estatuto docente- (reforma laboral) y el ajuste presupuestario.


 


 La única virtud de este ataque a la clase trabajadora argentina es que es una demostración cabal de la implementación conjunta del ajuste capitalista de parte de todos los partidos de Estado: los “cambios” educativos han sido aprobados por todos los ministros de Educación del país, en el marco del Consejo Federal de Educación (CFE), es decir, por los gobernadores macristas, kichneristas, pejota-massistas y socialistas de la Argentina.


 


Continuidad de objetivos


 


En la “justificación y exposición de motivos” del Plan Maestro se señala que “este plan retoma antecedentes centrales de la historia de la educación argentina que se plasmaron en diversas leyes a lo largo de diferentes períodos”: La Ley 24.049, de transferencia a las provincias y a la CABA de todos los servicios educativos, base del actual desentendimiento del sostenimiento de la educación pública de parte de Ministerio de Educación Nacional y de la descentralización y municipalización de las escuelas que sufrimos hoy (que la dirección kirchnerista de Ctera aceptó); y las leyes de Educación Nacional; de Educación Técnico Profesional y de Financiamiento, todas leyes K (Plan Maestro, marzo 2017).


 


Pero lo más significativo es que se suman a estas “bases estratégicas” de la reforma en curso los antecedentes de la nefasta Ley Federal de Educación y de la todavía vigente (incluso durante la era kirchnerista) Ley de Enseñanza Superior de la era menemista.


 


Como los postulados establecidos en el “Plan Maestro” han sido promovidos a partir de los acuerdos votados  “en el marco de los lineamientos establecidos en el Plan Estratégico Nacional 2016-2021, Argentina Enseña y Aprende (Resolución del CFE Nº 285/16), se trata de una declaración pública de reivindicación de la destrucción educativa menemista, con las huellas digitales puestas  de todo el arco político patronal, metas menemistas que se proponen llevar hasta el final.


 


Y esta gente habla de “cambio”.


 


¿Y cuáles son estos objetivos? Según el documento, “poner el foco en los saberes socialmente significativos”, los que en la actual sociedad son los definidos por los capitalistas,  para “elevar la calidad educativa para que nuestro país logre un desarrollo productivo sostenible y duradero”, lo que plantea como “una prioridad imperiosa el trabajo en un nuevo modelo de escuela secundaria” (ídem).


 


Ni más ni menos, la “Nueva Secundaria del Futuro”, gestora de mano de obra barata.


 


Una gota de agua con los postulados K para la educación: “la escuela tiene que potenciar los saberes socialmente productivos que los adolescentes poseen, para que su inserción laboral sea lo más fluida posible” (declaraciones de Adriana Puiggros en el año 2007, ex Directora General de Cultura y Educación K del gobernador Felipe Solá, en Novedades Educativas Nº 216/17).


 


Picapedreros


 


Este gobierno, y su ex ministro de Educación Nacional Esteban Bullrich, se apoyan en el desprestigio del régimen kirchnerista para vender la reforma como una propuesta padagógica superadora.


 


Al mismo tiempo,  reconocen que se sustentan en las leyes K para dar formato a su “Plan Maestro”. Como suele decir Bullrich, “construye sobre lo ya construido”.  La nueva generación de reformas privatistas de la educación y la nueva secundaria son un producto adulterado.


 


Tampoco brillan sus actuales presentadores. Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno de CABA,  nos señala que los homo sapiens pudieron derrotar a los dinosaurios porque “estaban más organizados” (tenían equipo), y Bullrich se confiesa orgulloso de “meter preso a un pibe por día”.


 


En el documento de la CABA se justifica la “Secundaria del Futuro” en el hecho de que “la sociedad cambia a un ritmo más acelerado que el sistema educativo”, y en que “el 65 por ciento de los niños que ingresan a primaria van a trabajar en puestos de trabajo que aún no fueron creados”. Un mundo “en el cual el 50 por ciento de los trabajos desaparecerán y los nuevos exigirán nuevas combinaciones de capacidades” (Secundaria del Futuro). Estas afirmaciones cuyos fundamentos se escabullen fueron aportadas por una de las consultoras requeridas por Rodríguez Larreta, la “Snoop Consulting”, dirigida por el CEO Gustavo Guaragna,  que en su currículum se presenta, entre otras cosas, como mago e ilusionista practicante.


 


El Plan Maestro y la “Secundaria del Futuro” son solo pico y pala contra la educación pública.


 


 


 


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