Educación

11/9/2020

Encuesta corrobora que los docentes sostienen la educación con trabajo, tiempo y recursos

Fue realizada por Tribuna Docente en Santa Cruz.

En distintos artículos hemos denunciado la sobreexplotación de nuestra tarea docente mediante el teletrabajo, como así también pusimos de relieve cómo las y los docentes son los que ponen de su bolsillo todos los recursos necesarios para sostener el vínculo pedagógico con sus propios estudiantes. Hemos realizado una encuesta durante la segunda y tercera semana de agosto para verificar, corroborar y finalmente reafirmar nuestros planteos en dicho sentido.

La iniciativa de la encuesta que encaramos desde Tribuna Docente Santa Cruz no es en sí misma una originalidad, sino que estuvo inspirada en experiencias similares llevadas adelante por la Filial de Adosac de El Calafate, por los compañeros de la Adiunpa (Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral) y Tribuna Docente de Puerto Deseado. Consideramos que estas iniciativas son muy importantes para reunir información sobre cuáles son las condiciones laborales reales de las y los docentes de Santa Cruz, y de escuchar sus percepciones y opiniones.

La encuesta alcanzó a docentes de la provincia de distintos niveles y modalidades, e indagó sobre varios aspectos desde lo salarial y gremial hasta las condiciones de trabajo y sus costos en este escenario de cuarentena y virtualidad. Las condiciones en que los docentes trabajamos en nuestras casas también fueron contempladas.

La muestra se tomó al azar y voluntariamente en todos los niveles y modalidades. El 50% corresponde a Río Gallegos y el resto se relevó en las demás localidades de la provincia. La aplicación del instrumento se realizó de manera virtual.

Cabe señalar que, más allá de nuestra rigurosidad en la toma de la muestra y en la construcción del instrumento, esta actividad no tiene como objetivo constituirse en un insumo académico, sino que pretende contribuir al debate y a la toma de decisiones político-gremiales.

¿De dónde salen los recursos para esta “nueva escuela”?

El primer dato irrefutable es el que las y los docentes, en solitario, se pusieron sobre sus hombros la tarea de intentar por todos sus medios posibles mantener el vínculo con sus estudiantes. Aquí, los costos de internet y telefonía son todo un indicador en términos materiales de lo que los docentes han destinado en principio a sostener el contacto con sus alumnos.

En este sentido un punto sensible de la encuesta es el vinculado a nuestro planteo de la inclusión de un ítem por Material Didáctico y la propuesta que impulsamos sobre la universalización en la gratuidad del acceso a internet. El 53,2% respondió que sus costos de internet van de $1.000 a $2.000 y el 52% señaló el mismo monto como el costo de su telefonía móvil.

Si agrupáramos a quienes respondieron entre los $1.000 y los $3.000 nos encontraríamos con que representan el 86,9% de costo de internet y el 69,2% en cuanto a la telefonía celular.

A estos gastos deberíamos agregar, entre otros, los services realizados a los dispositivos electrónicos a partir de su uso intensivo (no solamente por la tarea docente sino porque en un gran porcentaje 65.5% es compartido el uso de dichos dispositivos), a la reposición de parte de ellos y el deterioro sufrido que también los docentes amortizan.

El teletrabajo

En cuanto a los espacios y tiempos de trabajo, debemos destacar el dato de que el 93,4% de los compañeros encuestados considera que su trabajo en la virtualidad le demanda más tiempo que en la presencialidad. La encuesta realizada por los compañeros de Tribuna Docente Puerto Deseado indica que el 97% de los encuestados considera que destina más tiempo de trabajo en el actual contexto y un dato similar arroja el sondeo llevado adelante por la filial de Adosac (Asociación Docentes de Santa Cruz) El Calafate, donde se señala que el 73% los docentes asegura trabajar en sobre turno durante la cuarentena.

En este sentido, el grupo de investigación “Experiencias de Comunicación Transmedia Social/Educativa” de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) de la Universidad Nacional de Córdoba llevó adelante un estudio exploratorio a través de una encuesta, que se realizó entre el 1 al 18 de mayo, a 333 educadores y educadoras de diferentes niveles del sistema educativo. Uno de los datos más significativos que se desprenden del estudio es que un 88,3% de las y los docentes encuestados percibieron que su jornada laboral se extendió de manera considerable a lo largo de estos meses.

Volviendo a nuestro caso, dentro del tiempo destinado al trabajo un 60,1% de los encuestados señaló que destina entre 7 y más de 10 horas a su tarea docente en la virtualidad. Esto es todo un dato que refuerza nuestro planteo de la necesidad de paritarias urgentes para poner un límite claro al teletrabajo.

Hagamos el siguiente ejercicio: si el 60,1% de las y los docentes trabaja entre 7 y 10 horas podríamos tomar a 8 horas de trabajo por jornada como su promedio. Esas 8 horas equivalen a 12 horas cátedras diarias, es decir, 60 horas cátedras semanales destinadas a las tareas docentes en el actual contexto. ¿Cabe alguna duda sobre la necesidad de paritarias urgentes para limitar el teletrabajo?

¿Algún docente estaría dispuesto a tomar 36 horas si le avisaran que deberá trabajar por 60? ¿O el que toma 18 horas cátedra estará dispuesto a trabajar 30hs? Es por demás evidente que así las cosas no dan para más.

Tengamos en cuenta además que solamente el 35,4% de los docentes de la provincia trabaja el doble cargo o su equivalente a 36 horas. Este es el dato que recoge nuestra encuesta pero es el dato que en general se reconoce desde la propia cartera educativa. Según la muestra, solo en 62,2% de los docentes trabaja entre las 18 y las 36 horas o su equivalente en cargos, es decir que si quisiéramos establecer un promedio entre dichos porcentajes podríamos decir que el 62,2% de los docentes cobra por 24 horas cátedras pero trabaja por 60 horas cátedras. Evidentemente el CPE (Consejo Provincial de Educación) debe destinar recursos humanos y económicos para atender a esta situación de explotación laboral, y la Adosac debe convocar a asambleas y congresos para debatir con el conjunto de la docencia la manera de poner un límite a esta situación.

Cada vez más por menos

Es por demás evidente que el poder adquisitivo del salario es cada vez menor, tal cual lo señalara en compañero Juan Manuel Valentín en un artículo anterior. El 84,8% de los encuestados coincide con dicho razonamiento. En este sentido, el 66,7% de las encuestas arroja el dato que la docencia considera que la recomposición salarial debería estar entre el 30% y el 50% y solamente un 7,6% considero que entre un 10% y un 20% era adecuado para que la remuneración se encuentre acorde a la tarea que desarrolla y a los aumentos de alimentos y servicios básicos necesarios para la subsistencia.

Este deterioro en el poder adquisitivo del salario o, lo que es lo mismo, esta situación en la cual cada vez alcanza menos para adquirir medios materiales de existencia son inversamente proporcionales al mayor tiempo y recursos destinados por la docencia al desarrollo de sus tareas. Nota al margen para el papel de las autoridades educativas y políticas en general, que no financian y garantizan la conectividad ni de los docentes ni de los estudiantes.

Volvemos a reiterar lo que tantas veces hemos denunciado hasta aquí, las familias y los docentes se han hecho cargo de las escuelas virtuales. Todo lo bueno que llegue a ocurrir en ellas es producto únicamente de sus esfuerzos, nada tiene que ver el palabrerío vacío que fluye desde el CPE.

Si en algún momento el gobierno quiere “colaborar” con los docentes, las familias y los estudiantes, debe poner algo más que palabras. Debe implementar un amplio programa de becas para los estudiantes, debe universalizar el acceso gratuito a la conectividad, garantizar el equipamiento necesario para la tarea, y debe reconocer el aporte material realizado por los docentes a través del pago de un ítem por Material Didáctico, que debe ser un porcentaje de nuestro salario básico, totalmente en blanco como los ítem por trabajo insalubre que se les paga a los ayudantes de laboratorio, y que debe alcanzar a nuestros jubilados como un reconocimiento histórico por todo lo que han aportado.

Ante este cuadro de situación se hace imperativa la búsqueda colectiva que constituya una resistencia a la explotación del teletrabajo. Las Asambleas y Congresos deben ser el ámbito de reflexión, debate y resolución sobre cómo ponemos fin a estos abusos.

Desde Tribuna Docente insistimos por un pliego de reivindicaciones que contemple:

Ítem por Material Didáctico (totalmente en blanco como porcentaje de nuestro salario básico).

Universalización en el acceso a internet para los estudiantes y docentes.

Becas para nuestros estudiantes.

Reapertura de paritarias laborales y salariales.

Adherimos a la jornada de lucha resuelta y convocada por el  Plenario del Sindicalismo Combativo del próximo 17 de setiembre.