En el día de hoy, alrededor de las 9 horas, cuando aún no habían ingresado las y los estudiantes, un calefactor con más de 40 años de antigüedad (nunca fue reemplazado), explotó dentro de un aula de la escuela Nº 143 de la ciudad de Cutral Có.

En una sociedad sensibilizada, y cuando la docente víctima de la explosión de la semana pasada en la escuela de Aguada San Roque, aún lucha por su vida en el centro de salud de asistencia a quemados de Mendoza donde fue trasladada, este nuevo hecho ha hecho saltar todas las alarmas.
Nuevamente una pérdida de gas en el calefactor del salón de primer grado estuvo a punto de desatar otra tragedia.
La presencialidad, tal como lo venimos afirmando desde Tribuna Docente y gran parte de las y los trabajadores de la educación, en esta inseguridad, nos mata. Y no es metáfora.

Inmediatamente, se evacuó la escuela y la directora Rosa Vega decidió suspender las clases presenciales hasta se realicen las reparaciones de las roturas por la explosión y la escuela se encuentre en condiciones seguras para continuar con el dictado de clases presenciales.
La otra cuestión que expone esta explosión, es que las tareas de manteamiento del establecimiento se habían hecho la semana anterior por lo que la escuela se encontraba “supuestamente” en condiciones de reanudar las actividades presenciales.
Hay que poner en pie los comités de seguridad e higiene en cada escuela, en vez de un mantenimiento de calidad, prima el negocio entre contratistas y el Estado.
Mas que nunca decimos. ¡Basta de escuelas bombas!

¡Renuncia de Storioni y los vocales del ejecutivo! ¡Que ATEN exija la renuncia de todas/os los responsables!
¡Paro nacional de CTERA por una presencialidad segura!
¡El abandono de la salud y de la educación pública mata!
¡Asambleas y plan de lucha ya!

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