Luego de dos instancias de asamblea del Centro de Estudiantes, en las cuales lxs estudiantes del Instituto Superior de  Formación Docente N°39, ubicado en Vicente López, nos pronunciamos por la regularidad de todxs, el Consejo Académico Institucional (CAI) del Instituto continúa dándole la espalda a este reclamo.

 ¿Por qué exigimos la regularidad?

Partimos del balance de que la continuidad pedagógica durante la educación a distancia impuesta por la pandemia fracasó. El gobierno no destinó los recursos para garantizar que todxs pudiéramos acceder a los dispositivos tecnológicos y a la conectividad necesaria para poder cursar en la virtualidad, dando como resultado una enorme deserción estudiantil en el 39,  llegando al extremo de que 1 de cada 4 estudiantes dejó por completo la cursada y muchxs otrxs lo hicieron parcialmente. Frente a esta situación nos hemos organizado desde el Centro de Estudiantes, llevando adelante asambleas a lo largo del año y resolviendo múltiples iniciativas para visibilizar el reclamo; sin embargo, lxs directivxs y el CAI no movieron un dedo por estas demandas, prefirieron no chocar con el gobierno del cual son afines, dándole la espalda a lxs estudiantes.

En este cuadro es que nos parece fundamental garantizar la regularidad de todxs. Esto permitiría que quienes se vieron impedidxs de acceder a la cursada virtual tengan la posibilidad de acreditar los conocimientos de las materias en la próxima instancia de final presencial, y de esta forma, no perder el año. De lo contrario, estaríamos frente a una discriminación por partida doble: aquellxs con menos recursos para estudiar de manera remota son lxs mismxs que deberán cursar las materias que planificaban hacer este año recién cuando se retome la presencialidad, atrasándose en sus carreras y viendo cada vez más lejano el ingreso a la docencia. Esta situación, inevitablemente agravará la deserción.

La comisión de mujeres y diversidades del Centro también se pronunció por la regularidad, poniendo de relieve la realidad de las estudiantes que son madres, quienes se encontraron con muchas dificultades para llevar a cabo la cursada virtual. Por un lado, recae sobre ellas la tarea de cuidado de les niñes las 24 hs del día en el marco de las medidas de aislamiento social; por otra parte, si las compañeras tienen hijes en edad escolar y no cuentan con suficientes computadoras en el hogar, resulta imposible para ellas cumplir con las entregas del profesorado.

Vale aclarar que la agrupación estudiantil Octubre 23, ligada al peronismo y a la Celeste del Suteba, no participó en las instancias de asamblea que impulsamos desde la conducción del Centro de Estudiantes para llevar adelante el reclamo de la regularidad. Evidentemente, la independencia frente al gobierno de turno es un requisito fundamental para impulsar una lucha consecuente por las reivindicaciones estudiantiles.

Lxs directivxs y el CAI se oponen a la regularidad

Casi la totalidad de lxs consejerxs de las carreras y lxs directivxs, quienes tienen derecho a votar en las reuniones de CAI, se niegan a habilitar la regularidad de todxs lxs estudiantes. Argumentan que dicha medida llevaría a que el conjunto del estudiantado abandone la cursada y opte por rendir directamente el final. Se trata de un planteo absurdo, todx estudiante sabe perfectamente que la mejor manera de prepararse para la instancia de examen final, es habiendo cursado la materia. A su vez, sostienen que no pueden tomar una definición en ese terreno y que solo le compete a la  Dirección de Educación Superior (DES) hacerlo. Esto último también es falso, cuando la DES bajo la gestión de Vidal intentó cerrar una comisión de historia del instituto, el CAI se pronunció en contra y con la lucha de la comunidad educativa logramos impedirlo; lo mismo vale en este caso, el CAI debería garantizar la regularidad y enfrentar cualquier intento de la DES de obstaculizarla.

La regularidad no remedia las desigualdades en el acceso a la virtualidad fruto de la brecha social existente, que el gobierno no sólo no resolvió sino que la agravó con políticas de ajuste;  simplemente consiste en una medida de emergencia para no condenar a lxs que menos tienen a atrasarse en su carrera. Lxs estudiantes que se vieron obligadxs a abandonar la cursada ya se encuentran en peores condiciones que sus compañerxs que no lo hicieron a la hora de rendir un final.

El hecho que lxs consejerxs estudiantiles del CAI no voten  una resolución tan elemental de compañerismo, pone de manifiesto el método anti democrático a través del cual son electxs. A diferencia de la mayoría de los institutos, en el 39, la elección de consejerxs del CAI es indirecta: cada curso elige delegadxs al CAI (los cuales no tienen derecho a voto), y a su vez  lxs delegadxs de cada carrera eligen unx consejerx. Lo que correspondería sería que lxs consejerxs fuesen elegidos por el conjunto de lxs estudiantes del profesorado, a través de listas, de manera tal que todxs podamos conocer las posiciones de cada una y elegirlas sobre esa base. La modalidad actual lleva a que 5 consejerxs, (lengua y literatura e inicial no cuentan con consejerx), electxs a partir del voto de un puñado de delegadxs, se atribuyen la potestad de no votar una moción que garantiza la regularidad del todo el estudiantado del 39.

Redoblemos la lucha por la regularidad

Queda claro que está en manos de la lucha estudiantil conquistar la regularidad de todxs. Contamos con un Centro de Estudiantes independiente del gobierno y las autoridades como una herramienta para desenvolverla hasta el final. De esta forma logramos en el pasado la reapertura de la sala de psicomotricidad, detectar la fuga de gas del edificio y que se lleven a cabo las obras de reparación, e incluso tirar abajo la resolución de la DES que disponía el cierre de una comisión de historia. Tenemos el desafío de poner en pie una gran campaña por este derecho fundamental, podemos ganar.