La falta de conectividad no es el único problema que afrontan las familias cuyos hijos concurren a las escuelas del distrito bonaerense de Ituzaingó. Si bien los últimos relevamientos muestran el escaso acceso a la tecnología que tienen para llevar adelante la continuidad pedagógica (ya sea  una PC, una tablet o un celular o no tener wifi o la dificultad de poder cargar datos a un celular), lo que estamos presenciando en las últimas semanas, es como día a día ingresan más familias a la emergencia alimentaria.

El Servicio Alimentario Escolar (SAE) del distrito de Ituzaingó cuenta con el mismo cupo que en el año 2019 y no crece a pesar del incremento de la matricula. Hasta el año pasado el faltante en Ituzaingó era de 2000 viandas.

Las movilizaciones que se realizaron, organizadas por los centros de estudiantes y docentes exigían no solo que se lleven adelante las obras de infraestructuras necesarias, la aplicación de la ESI, sino también el aumento de los cupos en los comedores escolares.

En la actualidad las raciones de “desayuno y merienda reforzada” no superan el 10% de la matricula en las secundarias del distrito, con la excepción de la EES N° 14, que cuenta con comedor, por ser la única con jornada extendida, aunque tampoco ésta tiene cobertura en toda su matrícula.

La crisis desatada por la cuarentena del covid-19, obligó a miles de familias de los barrios más golpeados del conurbano a ingresar a la emergencia alimentaria y a asistir a las escuelas en busca de la ayuda anunciada por el gobierno.

Pero los cupos de SAE o del Desayuno y Merienda Completa (DMC) no han sido incrementados ante la crisis. La escuela EES N°16 que cuenta con una matrícula de 527 estudiantes recibe 52 bolsones, la institución se ve en la terrible situación de tener que entregar de manera rotativa, cada 15 días, a un grupo de chicos diferente el bolsón de comida.

Los docentes se entregan a la titánica tarea de juntar alimentos para completar más bolsones, para que más familias puedan acceder a los mismos. Pero no puede recaer en los docentes completar el faltante de centenares de bolsones de comida.

Situaciones como estas se replican en todo el distrito y cada semana ingresan más familias a las listas de los que reclaman el bolsón que les corresponde y necesitan.

En Ituzaingó, feudo de Alberto Daniel Descalzo, el último barón del conurbano bonaerense, donde ahora se encuentra en peligro el cobro de los salarios municipales, en los barrios hay una fuerte exigencia de parte de los movimientos sociales y las propias familias de que lleguen más alimentos para los merenderos. Estos, ahora se convirtieron en comedores y ollas populares, donde cada vez asisten más familias y la emergencia se ha acentuando.

El planteo del Consejo Escolar de Ituzaingó es que a cada escuela le corresponde en bolsones la cantidad que recibían antes de la cuarentena, aunque desde las escuelas se esté reclamando hace años el aumento del cupo para los comedores.

Y se reclama que el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia le envíe 6000 bolsones de alimentos que serian los faltantes para cubrir las necesidades del distrito. Es un reclamo a la administración del gobernador Kicillof, que también pone en vilo el pago de los salarios estatales, pero está dispuesto a pactar con los bonistas garantizando la “sostenibilidad” y el pago de la deuda de la provincia.

Desde Tribuna Docente planteamos que se universalice la entrega de ayuda alimentaria para todos los estudiantes de todos los niveles y modalidades, que se garanticen las condiciones sanitarias para reducir los contagios.

Por la coberturas de cargos, que se realicen “actos públicos virtuales” para garantizar la continuidad salarial de la enorme cantidad de docentes afectados, que se aumente a 30 mil pesos el subsidio del Piedas.

No a la armonización del Instituto de Previsión Social (IPS), asambleas virtuales del Suteba para organizar la lucha por la reapertura de las paritarias.