Educación

4/10/2022

Kicillof entrega comida “trucha” y en mal estado a las escuelas

Como Larreta, el gobernador camporista ajusta la educación.

La pasada semana ganó espacio en los medios la noticia de que el aceite de girasol marca Guormet se encontraba prohibido a la venta. La Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), en su comunicado 05/2022, informó su prohibición de elaboración, tenencia, fraccionamiento, transporte, comercialización y exposición. Y solicita al público no adquirir ni consumir, ya que “el producto se encuentra falsamente rotulado al exhibir un RNE (Registro Nacional de Establecimientos) no vigente y RNPA (Registro Nacional de Productos Alimenticios) inexistente, resultando ser un producto ilegal y, en consecuencia, el alimento es falsificado”.

Guormet es uno de aceites que se entregan en las escuelas bonaerenses. Informado por los propios directivos a cargo del Servicio Alimentario Escolar, en varias ocasiones se utiliza esta marca en reemplazo de Costa del Sol. Consultados por los medios, ante la resolución de la Assal, referentes gubernamentales (Frente de Todos) hicieron responsables a la empresa adjudicada en la provisión de los productos alimenticios.

Les pibes no solo se alimentan pobremente, sino también con productos no controlados, poniendo en riesgo su salud.

Al igual que Vidal (Juntos por el Cambio), hoy con Kicillof la comida de las escuelas sigue siendo un negocio. Valiéndose de la tercerización, sin control, el ejecutivo peronista trata de esquivar responsabilidades.

En una provincia con más del 50% de los chicos y las chicas por debajo de la línea de la pobreza, el Estado es incapaz de poder alimentarlos. Sucede que esto también es ajuste. Mientras definen el aumento de horas de cursada y explotan con pasantías flexibilizadoras, alimentan a les estudiantes con productos muy bajos nutricionalmente, y en mal estado.

No es solo el óleo. Se multiplican las denuncias por la entrega de comida podrida, fideos y arroz con gorgojos, leches vencidas, frutas agusanadas o sándwiches en mal estado. Además, lo que se entrega es poco.

La ausencia de una alimentación adecuada pone en serio riesgo el desarrollo congnitivo de les chiques.

La salida a la crisis no vendrá de los Fernández, Massa, Macri, Bullrich, Larreta y compañía, responsables del ajuste a pedido de las patronales y el Fondo Monetario Internacional, con miras en seguir pagando una deuda ilegitima, fraudulenta y usurera, sino de les trabajadores y los estudiantes.

Basta de sandwichitos y polenta. Es urgente el diseño de menús acordes a la necesidad alimenticia y educativa, bajo control de los trabajadores y alumnos. Tanto para los comedores escolares como en la entrega de los bolsones.

Abajo el ajuste. Inmediato incremento presupuestario para la educación pública.