En estos días circuló la reunión del Ministro de Educación Bonaerense, Alberto Sileoni, junto con el Frente Unidad Docente Bonaerense (FUDB), para empezar con la reforma de los diseños curriculares de educación secundaria de jóvenes, adultos y adultos mayores, inicial y superior. El tono democrático que quieren vender del gobierno y el FUDB, procura enmascarar el nuevo ataque de la educación pública.

Una educación al servicio de los planes del FMI

La reforma de los diseños curriculares son parte de la profundización de reformas antieducativas que prepara el gobierno nacional de Alberto Fernández junto con el ministro de Educación nacional, Jaime Perczyk, y tiene su precedente en el intento de reforma en primaria, que buscaba avanzar con las 5 horas a costa del esfuerzo docente, la degradación de la educación secundaria con los programas +ATR y Forte, que perpetúa un avance en la reforma laboral de hecho, el avance contra la formación docente en los profesorados de la Provincia de Bs As y el desguace del nivel inicial bajo la iniciativa kirchnerista, a partir de la Ley 27.064 de Atención y Cuidados de la Primera Infancia de 2015. Esta última, habilita la gestión asociada para ser regenteada por ONGs, organizaciones sociales, las iglesia católica y evangélica y clubes de fútbol, y tiene como contraparte la falta de construccion de jardines, que se suma a la falta de condiciones de los actuales y una sobrecarga de las maestras del nivel con un ataque brutal en sus tareas como docentes.

Es la demostración que el ataque contra la educación pública abarca todos los niveles y forma parte del objetivo de hacer una escuela más flexibilizada, en línea con la política del pacto del gobierno con el FMI, para continuar desfinanciando la educación, atacando aún más las condiciones laborales y devaluando los salarios docentes.

Adultos: la punta de lanza de las reformas antieducativa

La destrucción de la educación de adultos es una política de todos los gobiernos. La Resolución 118/10, sancionada por el Consejo Federal de Educación durante el kirchnerismo, establecía una serie de lineamientos curriculares de la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos (EPJA) para aplicar como máximo en el 2020.

Fue esta base la que le permitió al gobierno de Vidal avanzar con el cierre de los Bachilleratos de Adultos (BAO) y Bachilleratos de Adultos con Orientación Técnica, actualmente convertidos en CENS, que no solo llevó al cierre de sedes sino también a una pérdida de recursos y conquistas por parte de lxs docentes.

Kicillof y Sileoni, siguiendo con el lema de construir sobre lo construido, buscan liquidar el secundario de adultos, buscando equipararla con el Plan Fines, bajo el pretexto de la “homogenización de la oferta educativa”, a la par de la devaluación de la formación secundaria y la rama técnica de adultos (en línea con el desguace de la ciencia y la tecnología en todo el país).

La reforma de diseño curricular en esta modalidad tiene el objetivo de avanzar en la devaluación de la educación pública, promoviendo planes de estudio más simples para titular a mano de obra barata que sea arrojada a un mercado laboral signado por una creciente precarización, en el marco de la bancarrota argentina y mundial.

Lo admitió Sileoni cuando dijo que “está la discusión de cuánto se pueden ´adelgazar´ algunos conocimientos generales para que se incluyan conocimientos sin degradar la educación secundaria”. Hecho que viene dándose en la modalidad y que ahora se va a profundizar con la implementación de tutores acompañantes de trayectorias educativas flexibles y simples.

Las reformas de diseños curriculares vienen con la reforma laboral

El argumento de que la reforma de los diseños curriculares no va tocar los derechos de lxs docentes, es puro humo. La implementación del Plan Fines en adultos, bajo el gobierno de Scioli y que luego mantuvieron todos los gobiernos, tenía como objetivo terminar con los derechos de lxs docentes de adultos, además de avanzar contra las condiciones de enseñanza tercerizando los edificios y con falta de personal auxiliar, generando una precarización educativa. Este programa, como también el Egresar y otros programas de terminalidad educativa, atacan los derechos del Estatuto Docente, convirtiéndose en reformas laborales de hecho.

Ante la complicidad del FUDB y Baradel, el desafío es poner en pie asambleas de docentes y de la comunidades educativas en todos los distritos para impulsar un movimiento en defensa de la educación pública, rechazando las reformas antieducativas y laborales.