La gobernadora Vidal le ha dado una vuelta de rosca a su política de guerra contra la educación pública, al mismo tiempo que acentuó su sarcasmo contra la comunidad educativa que se moviliza, angustiada, por el estado catastrófico de las escuelas, porque va en ello la vida de sus hijos y de sus docentes. Ahora, la ajustadora serial ha reconocido suelta de cuerpo que todas las escuelas de la provincia están en ruinas: “Todos los edificios escolares, que son 12.000, tienen problemas. Todos”, declaró.

Una confesión de partes que debe llevar a Vidal derecho al juicio político, porque la gobernadora no sólo negó esta situación sino que colaboró en su profundización, a través de la parálisis de las obras en las escuelas, la falta de mantenimiento y el ajuste y reducción del presupuesto educativo, que se cobró la vida de Sandra y de Rubén.

La “Dama de Hierro” contra los docentes y la educación pública ha reconocido públicamente el derrumbe edilicio como consecuencia de la movilización profunda de docentes y padres, que han instaurado provincialmente de hecho la emergencia edilicia y alertado a toda la población de Buenos Aires y del país acerca del estado ya insostenible de las escuelas argentinas.

En lugar de hacer sarcasmos, la gobernadora debe declarar la emergencia educativa en toda la provincia, suspender las clases en todas las escuelas para su revisión y anunciar el plan de obras, con fechas de inicio y de finalización, y las partidas presupuestarias que se destinarán para los arreglos inmediatos de todos los establecimientos, bajo control de docentes y de padres.

Pero no. Vidal utiliza la masacre de Moreno para profundizar todavía más el ajuste: acaba de anunciar en los medios que a partir de ahora “la provincia sólo va a trabajar en tres tipos de obra: gas, electricidad y riesgo de derrumbe. Todo lo demás, –dijo- construcción de nuevas escuelas, aulas nuevas, que estaba en el plan de provincia, se la vamos a pedir a los intendentes” (Canal 9, 18/8).

¡Chau a los 3.000 jardines que prometió el ministro de educación Alejandro Finocchiaro y que jamás construyó! Pero tampoco va a arreglar el gas, ni la electricidad ni el riesgo de derrumbe. Con un desparpajo desafiante, Vidal afirmó también que “ni aunque tuviera todos los recursos disponibles vamos a poder resolver los 12.000 establecimientos escolares de toda la provincia” (ídem).

Es la misma situación que enfrentan todos los edificios públicos, empezando por los hospitales: hace pocos días atrás, un paciente y el camillero que lo trasladaba cayeron al vacío por el hueco de un ascensor que no funcionaba correctamente en el hospital Eva Perón de Lanús.

Este ajuste se continúa con la paritaria docente congelada desde hace ya un año.

Suteba y el FUDB deben retomar los paros y el plan de lucha

En una marcha minoritaria a La Plata del Frente de Unidad Docente Bonaerense (Suteba, FEB, Udocba, Amet y Sadop), realizada el miércoles 15 de agosto, el secretario general de Udocba, Miguel Díaz, deschavó la política que Baradel quiere ocultar. Díaz dijo en su discurso que si el gobierno extiende la conciliación obligatoria a los gremios docentes, se la iban a bancar “como monjes tibetanos”.

Después de las declaraciones de Díaz, Vidal citó a reunión de paritarias para el jueves 23 de agosto, con la tranquilidad de que la burocracia docente está dispuesta a continuar la tregua.

Baradel y compañía están más espantados que Vidal por el estado de rebelión de la comunidad educativa, la misma que, cuando lo descubrió en los alrededores de la estallada escuela 49 de Moreno, increpó y obligó a retirarse al ministro de educación provincial Gabriel Sánchez Zinny.

La bronca popular contra el gobierno de Vidal y cía es masiva, y no deja de crecer.

 

El Suteba, la FEB, Udocba y todo el Frente de Unidad Docente deben terminar su tregua con Vidal. Por un plenario provincial de delegados de escuela con mandato de todos los gremios para discutir un plan de lucha, paros progresivos y una gran marcha a la gobernación, para quebrar el ajuste del gobierno macrista.

¡Juicio político para Vidal! ¡Sánchez Zinny debe renunciar ya!