Educación
11/9/2018
La educación pública, en la mira del G-20
Sobre el plenario de “Empleo y Educación” de los ministros y empresarios
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Durante la semana pasada se llevó a cabo el Plenario del G-20 sobre “Empleo y Educación” en el Hotel Intercontinental de Mendoza. Participaron ministros de Educación, empresarios, sindicalistas y representantes de los 19 países que componen el organismo, entre otros de la Unión Europea. El ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro y el secretario de Trabajo y Empleo, Jorge Triaca, encabezaron las reuniones.
Devaluación educativa
Luego de los encuentros, los funcionarios acordaron un documento, que consta de 24 puntos y un anexo, donde explican el futuro del trabajo y los cambios que deben implementarse en la educación y en la formación de los futuros trabajadores. O sea, cómo adaptar aún más la educación a las necesidades de las patronales y de un mercado laboral que como consecuencia de la crisis capitalista, se está destruyendo: despidos masivos, multiplicación del trabajo precario (fuera de los convenios colectivos) y en negro. La caída industrial del último mes fue del 8%, un record.
El contenido del documento es revelador. Sobre las reformas curriculares indican la necesidad de promover la educación en las áreas STEAM -ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (siglas en inglés), es decir quitándole la especificidad a las materias en nombre de un enfoque “integral y transversal”. Se le dedica una especial importancia a la promoción de habilidades no cognitivas (sic) y “habilidades socioemocionales”, a la creatividad, a la comunicación, la flexibilidad, y la importancia de estimular el “emprendedorismo”. Con este término, se presentan como “empresas personales” a diferentes variantes de la autoexplotación o el trabajo precario. También se sugiere integrar habilidades de liderazgo, gestión y empresariales en los planes de estudios, para “ayudar” a los estudiantes en su paso de la educación formal al mundo del trabajo a través de tutorías, pasantías, programas de primer empleo y orientación profesional. En otras palabras, usarlos como mano de obra barata. Es la contraparte “educativa” de la reforma laboral que el gobierno ha co-redactado con la burocracia sindical.
Reforma laboral educativa
Sobre el rol que debe jugar el docente afirma el documento que "debieran diseñarse procesos de selección, condiciones laborales y trayectorias de empleo orientados a atraer a las personas más calificadas y apasionadas de diversos orígenes a la profesión docente", según consigna Infobae. Se trata de un eufemismo que esconde una línea de implementación del presentismo, el salario por mérito y la destrucción de las condiciones laborales. Acceso al cargo, estabilidad y derechos conquistados por la docencia son objetivos preciados por los capitalistas para avanzar con las contra-reformas educativas.
En otro pasaje la declaración deja en claro que pretenden avanzar con el ajuste en el presupuesto educativo, ya que "más presupuesto no equivale a mejores resultados". Y además pone el eje en las fuentes de financiamiento nacional e internacional (mayor deuda externa) y, en el monitoreo permanente de la inversión para que refleje una mejora de los aprendizajes.
En Prensa Obrera, desde la implementación de las evaluaciones Aprender, venimos advirtiendo sobre la pretensión de crear un “Ranking de Escuelas”, en donde cada institución reciba los recursos según su rendimiento, ignorando las condiciones sociales y económicas de cada comunidad educativa. Todas estas reformas se encuadran en el “Plan Maestro”, la reforma laboral educativa. En febrero de 2016 en la provincia de Jujuy, el Consejo Federal de Educación, integrado por ministros provinciales macristas, peronistas y radicales habían firmado la declaración de Purmamarca, donde acordaron los pilares de la “nueva escuela”.
Este 30 de noviembre y 1 de diciembre, cuando los presidentes del foro económico se reúnan en Buenos Aires, estos temas formarán parte de la agenda.
Rebelión educativa
A contramano de estas conspiraciones contra la educación, en Argentina se desarrolla una rebelión educativa en todos sus niveles. Debemos ligar esa lucha a una estrategia política para terminar con Macri, los gobernadores y el FMI y su reemplazo por una Asamblea Constituyente libre, soberana y con poder, que tome en sus manos también la cuestión educativa: por la nacionalización del sistema educativo, un salario igual a la canasta familiar por cargo, la estatización de las escuelas privadas y la separación de la Iglesia del Estado, y que los sindicatos y centros de estudiantes elaboremos en conjunto los diseños curriculares para una educación de carácter científico y laica con vocación transformadora.