La emergencia educativa de Kicillof, cortina de humo del ajuste
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La anunciada “puesta en valor” de los establecimientos no ataca la raíz del problema, que es el desfinanciamiento educativo
En sintonía con el intento de Alberto Fernández de eliminar la movilidad jubilatoria y suspender las paritarias, Axel Kicillof largó su propia ley de emergencia económica con una andanada de ajustes, la cual busca que se apruebe el jueves 19 en la Legislatura.
No hay en la emergencia de Kicillof ni una mención a aumentos salariales a los trabajadores estatales, aunque sí fija beneficios impositivos a los empresarios a través de Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (Arba).
En cuanto a la emergencia educativa, el gobernador anunció el objetivo de financiar obras de infraestructura, que se van a trabajar en convenio con municipios y consejos escolares. Esto, tras reconocer que buena parte de las casi 12.000 escuelas bonaerenses se cae a pedazos. Sin embargo, la anunciada “puesta en valor” de los establecimientos no ataca laraíz del problema, que es el desfinanciamiento educativo, agravado en los ocho años de gestión de Scioli y el mandato de Vidal (con la complicidad del pejotismo que aprobó sus presupuestos de ajuste en la Legislatura). De hecho, Kicillof anunció que prorrogará el presupuesto vidalista, al servicio del pago de la deuda y de los requerimientos del FMI.
Entonces, ¿cómo piensa llevar a cabo el arreglo de las escuelas? “Con inversiones y trabajo de la comunidad”. La idea del keynesiano Kicillof es “comprometer a toda la comunidad educativa en el proceso de reconstrucción de la educación” y llamar “a las organizaciones civiles libres del pueblo, cooperativas, padres y estudiantes” para que se pongan a pintar paredes (La Nación, 17/12).
Un ejemplo es lo que dispuso la intendencia de Moreno, distrito en el que el estado de destrucción de los establecimientos escolares condujo al asesinato laboral de Sandra y Rubén. Allí, la intendenta Mariel Fernández -del Movimiento Evita- planteó que “la situación económica del municipio está muy mal, pero iniciamos un camino de organización popular y compromiso: invitamos a todos a que reconstruyamos las escuelas. En el verano los papás, las mamás, las organizaciones solidarias y las empresas, junto al municipio y el Consejo Escolar podemos reparar las escuelas” (Página/12, 17/12). Es decir que llama a la comunidad educativa a tapar los baches del ajuste del que son víctimas.
Pablo López, el ministro de Hacienda bonaerense, desembuchó abiertamente que todo el presupuesto provincial estará condicionado a garantizar el pago de una deuda impagable. “Necesitamos hacer frente a la situación de emergencia que vive la provincia. El endeudamiento implica no sólo que la provincia tenga que hacerse de dólares, sino que se tengan que destinar más recursos al pago de la deuda ante cualquier movimiento del dólar” (Perfil, 17/12). Esto lo dice mientras el gobierno de Alberto Fernández viabiliza la devaluación mediante el establecimiento de distintas cotizaciones de la divisa estadounidense.
El gobernador “amigo de los docentes”, según Roberto Baradel, no sólo busca evitar poner un mango en infraestructura escolar, sino menos aún para los salarios. En sintonía con esto, el titular de Educación, Nicolás Trotta, declaró que “no es tiempo todavía de hablar de porcentajes de aumento para los docentes” y esquivó mencionar como parte de la tarea de “reconstruir la educación” la convocatoria a paritarias -mucho menos sobre el respeto de la cláusula gatillo que Suteba se jacta de haber impuesto a la ex gobernadora Vidal.
Sólo la genuflexa “amistad” de la dirección del Suteba con Kicillof puede llevar a Baradel a declarar en estas condiciones que, en marzo, los docentes comenzarán el dictado de las clases. Estará nuevamente en manos de la Multicolor organizar la lucha, porque la docencia no baja sus reclamos.