La privatización de la formación docente
(Segunda parte)

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En el número anterior de Prensa Obrera, caracterizamos la iniciativa del gobierno de Larreta por la eliminación de los 29 institutos de formación docente de la Ciudad de Buenos Aires y su reemplazo por una “universidad”, que implicará un agudo proceso de descalificación y privatización.
Los pocos funcionarios que han dado la cara para justificar la eliminación de los 29 institutos han apelado a la necesidad de introducir la tecnología en el proceso pedagógico. No explicaron, sin embargo, por qué si es ésta su finalidad en buena parte de los 29 institutos no están instaladas las redes de wifi o, donde sí la están, no funcionan; tampoco por qué no se distribuyen las netbook para los estudiantes y docentes. Pero dejando estos ‘pequeños’ detalles, digamos que quien ofició como presentador del proyecto en la Legislatura fue el ingeniero químico Diego Meiriño, que hizo su carrera en la Editorial Santillana, una de las principales empresas que ofrece plataformas educativas virtuales.
El carácter que cobra la incorporación de tecnología en el proceso pedagógico está determinado por la naturaleza social del régimen que lo realiza. Bajo el capitalismo, ha dado lugar a la promoción de la educación a distancia, cuyos promotores inicialmente la destacaron como la revolución pedagógica más importante en más de 2.000 años, ya que la forma del “ágora romana” que, según ellos, tenemos hasta hoy, sería reemplazado por una educación no presencial, que podría ser dictada incluso desde otros países. Aquí, al negocio de la venta de plataformas educativas se le suma la penetración de las universidades extranjeras en los países de la periferia y el aumento de la ‘productividad’ docente, ya que uno solo puede dictar clases a muchos más estudiantes que de forma presencial. Pero dejando por un momento este asunto en segundo orden, la ‘educación a distancia’ tiende a reproducir un proceso pedagógico vertical y no democrático, ya que no permite el debate colectivo en las aulas.
Privatización y regimentación
El proyecto define a la nueva universidad como “autárquica”, lo cual supone que podrá generar sus propios recursos y administrarlos. ¿Querrán, por ejemplo, arancelar los postítulos que hoy son gratuitos? Es lo que ya sucede en todas las universidades nacionales, empezando por la UBA. La generación de recursos propios permite al Estado desentenderse del sostenimiento material de la universidad,y, a la vez, genera al interior de ésta una capa burocrática que se beneficia de este proceso de privatización. Los posgrados arancelados de las universidades nacionales en la Argentina llevaron a que muchas materias de grado pasen a los posgrados, sólo para poder cobrar por su cursada. Seguido a esto, muchos de los mejores docentes pasaron a dictar cursos en el ciclo de posgrados, para tener ingresos mayores. En sus artículos, además, no se asegura en ningún momento la estabilidad laboral de los docentes actuales, siendo que la mayoría de ellos reviste hoy la categoría de interinos.
Esta privatización que impulsa el proyecto de Larreta, asume la forma de una universidad manejada por el poder político. En la actualidad, los 29 institutos tienen sus autoridades electas democráticamente por los claustros. En cambio, el proyecto establece taxativamente que los estatutos de la Unicaba serán aprobados por el jefe de Gobierno, y el rector interventor que gobernará los primeros cuatro años también será nombrado por… Rodríguez Larreta. En una comunidad con una fuerte presencia opositora al gobierno, Larreta pretende manejar la formación docente de la Ciudad con funcionarios puestos a dedo.
Acompañemos a fondo la lucha planteada, porque está en juego el futuro de la educación pública.