Estudiantes del Normal 5 de la Ciudad de Buenos Aires volvieron a tomar su escuela. Si bien la medida se había levantado el jueves pasado, ahora se retomó ante el incumplimiento de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, de convocar a una mesa de diálogo. El Centro de Estudiantes anunció que la toma se extenderá hasta el viernes.

Por contrapartida, la respuesta del gobierno porteño no sorprendió a nadie: por la mañana dos efectivos de la Policía de la Ciudad se hicieron presentes en las afueras de la institución para intentar amedrentar, una vez más, a los estudiantes y sus reclamos. En tanto, del otro lado de las puertas del Normal 5 el edificio se cae a pedazos, las ratas invaden las aulas y las viandas no llegan, o llegan en mal estado. Una postal que se repite en los colegios de la Ciudad, junto al detonante de los pibes yendo a trabajar gratis sin derechos laborales y en malas condiciones.

Las pasantías de Larreta en los colegios agravan la desigualdad ¿Por qué a tender camas van solo los pibes de Soldati? pic.twitter.com/UJ30pVjDAO

— Gabriel Solano (@Solanopo) October 11, 2022

Queda entonces cuantiosamente claro que mintió la ministra Acuña cuando decía en los medios que “siempre está abierta al diálogo” con los estudiantes, aunque poniendo como excepción a aquellos que tomen colegios. En los hechos, las tomas se producen porque hay un gobierno que se niega a atender los genuinos reclamos estudiantiles sobre problemas tan graves como concretos, que fueron advertidos en dos ocasiones este año por la Auditoría General de la Ciudad (a quien Acuña y Larreta, se ve, tampoco escuchan).

Peor aún: el Centro de Estudiantes del Normal 5 se reunió la semana pasada con funcionarios del Ministerio de Educación, con supervisores y un representante de la Defensoría del Pueblo. Según declaró un estudiante a Tiempo Argentino, le relataron todos los problemas que padecen día a día, así como cada una de las cartas que envió el Centro de Estudiantes al Ministerio, y les respondieron que esos reclamos “no son válidos” si no los envía la rectoría de la escuela. “Está claro que ellos son los que se siguen negando al diálogo con el movimiento estudiantil”, sentenció.

La intransigencia del Gobierno de la Ciudad responde a una decisión consciente de seguir ajustando la educación pública y empujando las reformas privatistas y mercantilizadoras, mientras abunda en beneficios y concesiones a la educación privada. Esta ofensiva la van a quebrar los estudiantes, los docentes y la comunidad educativa con la organización y la lucha. Todo el apoyo al Normal 5 y a cada una de las tomas en los colegios porteños.

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