Educación

12/4/2024

Educación

Los únicos que adoctrinan son la burguesía y sus gobiernos

Denunciamos que la ofensiva punitivista de Milei es una cobertura para censurar contenidos e instaurar una currícula devaluada, clerical y retrógrada.

Adoctrinamiento en las escuelas.

En un reciente editorial, el periodista Jorge Lanata afirmó, a partir de la decisión del gobierno derechista de Milei de modificar la Ley de Educación Nacional para establecer penas a quienes el gobierno acuse de adoctrinamiento educativo, que “enseñar es siempre adoctrinar, en todo caso con un sistema de valores similar al nuestro”, en referencia, en este caso, a los “valores” del presidente liberfacho (Clarín, 06/04).

La polémica de parte del gobierno recrudeció en medio de un enorme paro nacional de la docencia contra la política anti-educativa de Sandra Pettovello, ministra de “Capital Humano”, Carlos Torrendell, secretario de Educación Nacional, y de Milei, para lo cual utilizaron tomaron como excusa una acción exactamente contraria a la de adoctrinar de parte de una docente bonaerense que, en un acto el pasado 2 de abril, en su discurso, señaló una verdad histórica incontrastable: que “los medios de comunicación convencieron a la sociedad de que ir a la guerra estaba bien y que era necesario”. Con Clarín a la cabeza, se trataba de los medios que primero pidieron el golpe genocida y después apoyaron a la dictadura de punta a punta.

Apenas 24 horas después del editorial de Lanata, para confirmar sus dichos, el secretario de Educación Carlos Torrendell, en un largo reportaje en La Nación, apoyó “el cuestionable adoctrinamiento en contra de la interrupción voluntaria del embarazo del presidente, Javier Milei, en el discurso que hace un mes ofreció en el colegio Cardenal Copello, del que él mismo fue alumno” (Clarin, 8/04). Recordemos que además del avasallamiento al derecho del aborto legal, seguro y gratuito conquistado por la ola verde, Milei hizo apología de los regímenes derechistas autoritarios y del capitalismo, y todo tipo de ataques, desvalorizaciones y falsedades contra el socialismo, con un lenguaje propio de un provocador político.

Para atemperar el repudio que generó esta bravuconada frente a niños y adolescentes del “gran adoctrinador”, desde derechistas hasta “nac y pop” salieron a dar cuenta de que el adoctrinamiento de Milei, no por ser el más burdo y brutal, sea una novedad de parte del Estado y sus gobiernos. La derechista Guillermina Tiramonti opinó que “en la Argentina ha habido adoctrinamiento, en general, en los gobiernos peronistas y durante las dictaduras” (se olvidó de radicales y macristas), aunque agregó que  “el fomento de la delación y de la vigilancia ideológica en las escuelas podrían ser algo peligroso” y alertó que “el gobierno parece creer que su deber es barrer una ideología en favor de la propia. Cree tener la verdad y, con eso, el derecho de imponerla” (Perfil, 6,04). Desde la otra orilla de la grieta, Alberto Sileoni, ex ministro de educación nacional de Cristina Kirchner y actual de Axel Kicillof, reconoció que “puede haber situaciones que no correspondan a un aula”, y se refería sin decirlo a las acusaciones que sobre el mismo tema pesan contra los gobiernos kirchneristas que integra hasta el momento actual (Perfil, ídem).

La docencia y la comunidad educativa enfrentan el adoctrinamiento

La coincidencia de todos con Lanata tiene la falsedad de encubrir que solo la burguesía, el Estado y sus gobiernos, sus funcionarios y pedagogos son los que practican desde siempre el adoctrinamiento. Solo la comunidad educativa que lo sufre, y las/ los trabajadores incorporados de una u otra manera en la educación, son quienes la denuncian, la enfrentan y la ponen en evidencia, como la profesora del acto escolar del 2 de abril.

La educación está delineada por el Estado y, por lo tanto, por los intereses de la clase que lo domina, la burguesía. Esta tiene en la educación masiva (fundamentalmente básica) una herramienta irremplazable para regimentar y delinear la conciencia de las masas e inculcar los preceptos e intereses del capital como los válidos para toda la población. Como por ejemplo, la definición desde el jardín hasta la universidad según la cual el Estado y sus gobiernos defienden el bien común, mientras se reprime salvajemente una manifestación pacífica de todas las organizaciones de trabajadoras/es desocupados que se dirigieron al ministerio de “Capital Humano” a reclamar, ni más ni menos, que alimentos para los comedores populares, y que luchan contra el hambre y la indigencia en los barrios que el propio Estado promueve. La salvaje represión obtuvo el apoyo risueño en las redes de parte del presidente Milei.

Justamente, en una nota sobre la decisión de poner en pie una legislación punitiva contra el adoctrinamiento de parte del presidente, se señala que “para los especialistas en educación, el adoctrinamiento es el uso del sistema escolar para transmitir una concepción parcializada o sectaria de la realidad” (Clarín 8/04), es decir, falsa. Una manipulación.

Adoctrinamiento, arma clave en la formación del Estado nacional

Este avasallamiento es inherente, además, al origen del Estado argentino, al fortalecimiento del régimen oligárquico de fines del siglo XIX y de comienzos del siglo XX, a la era de los Julio Argentino Roca y cía., que veneran los Milei y “Berti” Benegas Lynch, y que hoy desde el gobierno liber-facho promueven que las y los chicos/adolescentes no vayan a la escuela y sean explotados en las fábricas.

Para ese Estado capitalista naciente, la educación jugó un papel clave para integrar y regimentar en el respeto al poder político a las masas obreras, las nativas y las provenientes de la inmigración, tan combativas e influenciadas por las ideas socialistas que acompañaron a los trabajadores que emigraban desde Europa, que ponían en jaque al sistema económico de explotación brutal de esa oligarquía agro-exportadora.

En función de ello, Sarmiento tuvo muy claro que era necesario desenvolver un masivo sistema de educación básica, público y obligatorio. Alberdi, a su vez –otro de los íconos del mileísmo- contrapuso al esquema sarmientino el de la instrucción por la vía del ejemplo en “el cómo hacer las cosas” (el “saber hacer” que ahora refritan los actuales pedagogos capitalistas) de parte de inmigrantes europeos adiestrados en las labores de la industria, y restringir la educación solo a un entrenamiento laboral.

Para Alberdi, “una difusión excesiva de la instrucción corre el riesgo de propagar en los pobres nuevas aspiraciones, al darles a conocer la existencia de un horizonte de bienes y comodidades que su experiencia inmediata no podría haberles rebelado; puede ser más directamente peligrosa si al enseñarles a leer pone en su alcance toda una literatura que trata de persuadirlos de que tienen, también ellos, derecho a participar plenamente del goce de esos bienes. Un exceso de instrucción formal atenta entonces contra la disciplina necesaria de esos pobres” (Tulio Halperin Donghi, “Una nación para el desierto argentino”).

A pesar de sus enfrentamientos, Sarmiento y Alberdi coincidían en el método de que la “letra con sangre entra” y que el control de las masas era un objetivo central, así como su segregación de la participación política vía impugnación directa o fraude electoral. En el plano de la educación ello implicaba una orientación de contenidos, valores y objetivos establecidos verticalmente, y de un alumnado completamente pasivo, regido por la disciplina, sometido a los intereses y necesidades de un poder infinitamente superior y desigual. Es exactamente lo que rechazan y enfrentan las y los docentes diariamente en todas las escuelas e instituciones educativas del país.

Marx, primero en enfrentar el adoctrinamiento escolar

El fundador del socialismo revolucionario, cuyo fantasma aterroriza a Milei y al que este sujeto acusó de fuente de adoctrinamiento, planteó que la educación debía ser estatal, gratuita y obligatoria, “pero sin estar bajo el control del gobierno, porque había que “excluir al gobierno y a la iglesia de toda influencia sobre la escuela”.  Marx iba a fondo contra la manipulación de la enseñanza de parte de la clase capitalista y sus organizaciones políticas, al punto de considerar que “ni en las escuelas elementales ni tampoco en las superiores se deben introducir materias que admitan una interpretación de partido o de clase” (discusión en el Consejo General de la Primera Internacional de 1869). No se basaba en la arbitrariedad y regimentación que dominaba la postura de la burguesía acerca de la educación popular, sino en la experiencia que la había superado la primera vez que la clase obrera tomó el poder en la Comuna de París de 1871, sobre la cual señaló que “todos los institutos de enseñanza fueron abiertos gratuitamente al pueblo y, al mismo tiempo, liberados de toda injerencia de la iglesia y del Estado. De esta forma, no sólo la enseñanza se convirtió en accesible a todos sino que la propia ciencia fue liberada de las cadenas que los preconceptos de clase y las restricciones del gobierno le habían impuesto” (Karl Marx – La Guerra Civil en Francia).

Al igual que Marx, inflexible en “excluir de la enseñanza toda propaganda, todo contenido que no sea una adquisición inmediata del saber” (Marx y la Pedagogía Moderna, Mario Manacorda, 1996), las/os docentes, las/os estudiantes y la comunidad educativa que defendemos la educación pública rechazamos la injerencia cavernícola del adoctrinamiento fascistoide de Milei y cía, y del conjunto de los gobiernos que han sostenido a este estado de opresión contra el pueblo argentino, que condujo a la actual situación de pobreza e indigencia.

Denunciamos que la ofensiva punitivista de Milei es una cobertura para censurar contenidos e instaurar una currícula devaluada, clerical y retrógrada. Declaramos que junto a la docencia, los estudiantes y la comunidad educativa salimos a luchar en su defensa, que esta unida a la tarea de derrotar al gobierno reaccionario y antiobrero de Milei, a todos los gobernadores y a todos sus cómplices.

La contracara del adoctrinamiento del Estado y de los gobiernos es la conquista de una educación pública, laica, gratuita, científica, bajo la dirección de consejos de educación electos por la comunidad educativa y los docentes en lucha, que se coloque al servicio de una Argentina organizada por los trabajadores y al servicio de las necesidades populares.

https://prensaobrera.com/sindicales/la-cgt-busca-acerca-posiciones-con-milei-en-las-visperas-de-la-reforma-laboral-antiobrera

https://prensaobrera.com/politicas/los-puntos-principales-del-nuevo-proyecto-de-ley-omnibus