Educación

25/4/2020

Misiones: la farsa de la educación virtual

Reveladora encuesta de Tribuna docente: un 96% excluido de los espacios curriculares.

La suspensión de las clases presenciales a raíz de la emergencia sanitaria motivada por la epidemia de Covid-19 dejó a la vista más que nunca la precariedad del sistema educativo de la provincia de Misiones.


El gobierno impulsó la educación virtual, ante esto Tribuna Docente desarrolló una encuesta en una muestra de 500 docentes, de todos los niveles, modalidades y municipios de la provincia. También se realizó una consulta a unos 500 padres de alumnos de barriadas populares.


Los docentes…


El primer dato obtenido nos indicó que el 96% de los encuestados manifestó haber enviado tareas a sus alumnos, un 58% ingresó al menos una vez a la plataforma Guacurarí, señalando un amplio rechazó a su uso, el 72% no encontró material de utilidad. 


Ante los aprietes del gobierno, a través de supervisores y directivos los docentes, recurrieron masivamente a la plataforma WhatsApp en un 91%. Cabe señalar que se trata de una App que lejos está de ser una herramienta adecuada para orientar un proceso pedagógico fructífero, ya que no permite una interacción apta para enseñar y aprender.


El 32% de los docentes encuestados manifestó haber contactado a menos del 25% de sus alumnos. Sumando eso a un total de 50% que indicó no logró contactar con la mitad de sus alumnos. Solamente el 6% señaló haber contactado con todos. Si tomamos estos datos podemos decir que al menos el 94% de los estudiantes ha quedado fuera de al menos un espacio curricular.


Las escuelas rurales (41%) y las escuelas públicas de barrios periféricos (35%) encabezan las modalidades más perjudicadas por esta modalidad. Los más afectados son los hijos de los obreros y trabajadores rurales, de zonas donde la conectividad no llega o bien no puede ser costeada, es decir que se ha profundizado la brecha educativa para dos sectores históricamente excluidos. 


Las escuelas de todas las modalidades y zonas han sufrido falencias en la comunicación, tanto escuelas céntricas como las rurales (UGL); lo mismo ocurre en las escuelas comunes, técnicas, para adultos, o  las de gestión privada, dado que ninguna escapa a esta realidad. 


En cuanto al desarrollo de las programaciones el 80% de los encuestados sostiene haber desarrollado menos o mucho menos de los contenidos que esperaba desarrollar en condiciones normales de dictado presencial, totalmente contario a la percepción de normalidad que se ha tratado de vender como versión oficial por parte del gobierno de la provincia. 


Esto puede en parte ayuda a entender las valoraciones de “mala a muy mala” sobre la experiencia del dictado de clases virtuales en un 49% de las respuestas y solo un 39% la han valorado como “aceptable para la circunstancia”. Es por esto el rechazo a calificar del 82% de los docentes, que consideran que no están dadas las condiciones objetivas para desarrollar el proceso de evaluación.


Los trabajadores de la educación, al ser consultados por la manera en que accedían a la red, el 35% señaló que no tiene acceso a internet de banda ancha domiciliaria sino que se conecta vía paquete de datos de telefonía móvil, con las limitaciones que eso representa.


Y las familias…


La consulta a padres de alumnos de las barriadas más humildes puso de relieve que las familias no tienen acceso a la conectividad necesaria, por tener mala señal, o porque no tienen dinero para cargar datos móviles; tampoco disponen de computadoras, y/o celulares, y muchas veces comparten un mismo celular para hacer las tareas de todos sus hijos. Por otra parte, las familias manifestaron que los cuadernillos que envió el gobierno nacional, tienen actividades que necesitan acceder a recursos en línea, es decir tampoco resuelve el problema anterior. Además consideraron que retirar cuadernillos, entregar trabajos y o carpetas en las escuelas, atenta contra el cumplimiento de la cuarentena innecesariamente. Así también expresaron que la principal dificultad es que no pueden guiar a sus hijos en las tareas porque no están pedagógicamente preparados, generando estrés y mayor tensión en el ambiente del hogar, a las familias que están viviendo momentos de preocupación e incertidumbre, por la crisis económica agravada por la cuarentena. Tampoco los docentes están preparados, intentan responder a las presiones de supervisores y directivos generando más y más actividades, sin poder medir los tiempos propios de cada alumno y de los grupos como lo harían dentro del aula, con el docente y los jóvenes de cuerpo presente.


Queda expuesto entonces que las condiciones de interacción “virtual” entre docentes y alumnos en este contexto son por demás precarias.  De esta forma se profundiza la brecha digital excluyendo a gran parte de los estudiantes de la educación.  Por lo que no están dadas las condiciones para sostener un dictado de clases virtual siquiera cercano a la normalidad.  


El proceso de enseñanza aprendizaje en la educación a distancia no se puede desenvolver sin los recursos materiales necesarios, pero aun cuando estos sean pudieran ser garantizados, no puede reemplazar la presencialidad que es indispensable para el desarrollo de toda relación pedagógica.


La educación virtual, en estas condiciones traslada sobre las familias los problemas que el gobierno tiene la responsabilidad de garantizar y no fue capaz de resolver, ni quiere hacerlo. Padres, estudiantes y docentes en conjunto debemos exigir al Estado que si pretende sostener el dictado de clases virtuales, garantice los recursos necesarios para todos, con acceso a banda ancha en todos los hogares de la provincia y el equipamiento para las clases virtuales, como así también la formación de los docentes para una real la continuidad de las clases bajo estas circunstancias, mientras dure la emergencia sanitaria.