Hace dos semanas atrás el equipo directivo y el supervisor del establecimiento Epet 9 de Plottier manifestaron su decisión unilateral de trasladar cursos diurnos al vespertino. Las razones expresadas es la necesidad de liberar de la concurrencia a la escuela en horarios en que funcionan las empresas para que el estudiantado pueda realizar las llamadas prácticas profesionalizantes.

Los docentes, en una asamblea masiva, votaron en contra la medida, ya que el traslado de esos cursos les cambia sus condiciones laborales e incluso hasta provoca superposición con horas y cargos en otros establecimientos, por lo cual deberían optar entre uno u otro.

Como los directivos y los funcionarios del CPE repiten que “se trata de una decisión ya tomada y no habrá vuelta atrás”, a la voluntad del cuerpo docente se han sumado los estudiantes con sentadas y se han sumado las familias, ya que estudiantes de 15 o 16 años saldrían a las 22 horas cuando ya no hay transporte público para barriadas alejadas.

Está claro que el traslado de cursos al vespertino no responde a ninguna necesidad pedagógica sino al requerimiento de mano de obra barata de las empresas. Pero también es cierto que se trata de liberar aulas para poder absorber los ingresos 2023 (está creada otra Epet que funciona en un galpón y que el año que viene no tiene espacios para el ingreso de los primeros años).

Esta “decisión ya tomada” de directivos y funcionarios es un aspecto de las reformas antieducativas en curso, ya que colocan a la educación como un apéndice del lucro capitalista.

La irrupción del estudiantado en el conflicto es fundamental para dar un vuelco a la situación. Este martes se realizarán nuevas sentadas.

La seccional Plottier de Aten ha convocado a asamblea para mañana jueves 3 de noviembre, y propondrá realizar medidas de fuerza para unificar a las demás escuelas que pasan por situaciones similares.