Este lunes 8, los docentes del Colegio Juan José Paso organizaron, en la puerta de la escuela, un ollazo con guiso de lentejas en defensa de las escuelas nocturnas. Esto formó parte de una serie de reclamos que se vienen organizando en las nocturnas, donde, tanto en el BOA 1 como en el Colegio Sarmiento, entre otros, el gobierno de la Ciudad viene avanzando con cierres de cursos, que también ocurren en escuelas de turno mañana y tarde, como el Colegio Roca. En la actividad del Paso, estuvieron presentes representantes de Ademys, no así del resto de los sindicatos burocráticos de la Ciudad que no vienen levantando este reclamo.

En el ollazo se reclamó la instalación de comedores para las escuelas nocturnas. Es que las nocturnas reciben una población estudiantil de trabajadores, que sufre especialmente la crisis social. Los estudiantes trabajan largas jornadas, en trabajos muchas veces precarios, y hacen un enorme esfuerzo para poder ir a estudiar. Como sostuvieron los docentes, estas dificultades están llevando a una caída en la matrícula, que es muy grave y preocupante. Una docente del BOA 1, que acompañó a la actividad, se preguntaba: ¿Dónde están nuestros estudiantes?

Los docentes del Paso vienen sosteniendo desde hace años una actividad de cara a la comunidad para llamar a terminar la secundaria. Con mesas en la esquina del Abasto, años y años convocaron a la población del barrio a terminar la secundaria. En las actividades, se nota que una gran parte de la población del barrio no terminó los estudios y quiere concurrir. Sin embargo, la necesidad de terminar la escuela choca con factores materiales muy concretos: el cuidado de los niños, las largas jornadas laborales, las dificultades de todo tipo que se acrecentaron con la crisis social.

Según denunciaron los docentes, la política del gobierno de la Ciudad está agravando esta situación. Montó un costoso operativo publicitario para promocionar la educación virtual, una violenta contradicción con la “presencialidad” sin condiciones que defendió en la pandemia. A las escuelas nocturnas no solamente no las publicita sino que además el sistema de asignación de matrícula del Ministerio de Educación tampoco deriva estudiantes, cuando podría hacerlo desde escuelas secundarias que tienen cursos superpoblados. Esta política de vaciamiento tiene una contraparte, se cursa por la mañana, y, a la tarde, estudiantes adultos, junto con pequeños de 13 o 14 años que recién comienzan la secundaria, lo hacen en aulas muchas veces hacinadas. Se trata de una línea de vaciamiento.

Por todo esto no cabe bajo ningún punto de vista responsabilizar (como lo hacen las supervisiones) a los docentes por la caída en la matrícula, que tiene responsables claros: el Ministerio de Educación, que aplica esta política en el marco de la brutal crisis social que golpea a nuestros estudiantes. Con esta conciencia, los docentes de las escuelas nocturnas se vienen organizando y realizando acciones en defensa de la escolarización de las y los pibes laburantes que concurren. Los cierres dejan tirado a todo este sector obrero–estudiantil, que hoy no accede a terminar la secundaria. En cambio, la instalación de comedores en las nocturnas sería un empuje importante para recuperar a muchos estudiantes que tuvieron que abandonar la secundaria.

En los próximos días está planteado realizar una asamblea de nocturnas y llevar los reclamos al Ministerio y a la Comisión de Educación de la Legislatura, convergiendo con todas las acciones de lucha contra el ajuste que viene desarrollando Ademys en la Ciudad de Buenos Aires.

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