Hoy es 16 de septiembre y lxs estudiantes en todo el país movilizamos una vez más a 46 años de La Noche de los Lápices, recordando a lxs compañerxs desaparecidxs por luchar por el boleto educativo gratuito y por una educación de la cual nadie se quede afuera por las políticas de ajuste. Este año, la movilización también se realiza en el marco de un enorme ajuste que está destruyendo nuestra educación, en manos del gobierno y el FMI; pero en Rosario la consigna que convoca a la marcha toma un rumbo totalmente distinto, y dice: “Otras manos levantan sus lápices, los sueños no se proscriben”.

La consigna es un claro guiño al juicio contra Cristina Fernández de Kirchner, que si ya venía estando en el foco de la escena política hace un mes, cuando comenzaron las reuniones organizativas de la marcha, tomó el total protagonismo a partir del posterior intento de magnicidio a la vicepresidenta. No caben dudas de que desde la UJS y el Partido Obrero repudiamos enérgicamente el intento de asesinato, así como la avanzada fascista que lo rodea; pero hacer girar toda la convocatoria del 16 de Septiembre en torno al apoyo a Cristina Fernández no es otra cosa que un nuevo intento de cooptación del movimiento estudiantil al Estado; y un atropello a la memoria de lxs estudiantes desaparecidxs, que militaban en defensa de la educación que destruyen los gobiernos como el del Frente de Todos, a quienes ahora nos llaman a apoyar.

¿En defensa de la educación pública o de los gobiernos que la destruyen?

Sin embargo, esta política por parte de la dirección de las federaciones estudiantiles y los centros no es nueva en absoluto. Ya en 2019, la convocatoria de la Feser y la FUR fue bajo la consigna “Los lápices siguen escribiendo en las calles y en las urnas”, haciendo un llamado a votar a Alberto Fernández en las elecciones de octubre. Este año, a las federaciones estudiantiles conducidas por la burocracia del gobierno, se suma también la Renace (Red Nacional de Centros de Estudiantes), un armado de La Cámpora a nivel nacional, que en Rosario se ha convertido en la voz cantante de la coordinación de los centros de los secundarios, desplazando a un segundo lugar a la Feser, dirigida por Lobo Suelto–Patria Grande.

La Renace viene de 2 años realizando actividades de apoyo total al gobierno nacional. Reuniones con funcionarios peronistas que no buscan resolver ningún reclamo de los secundarios, festivales y paneles protagonizados por diputados del Frente de Todos, foros “por el derecho a la conectividad” en torno a la defensa de un proyecto de ley del FdT, cuando en 2 años de pandemia y virtualización forzosa el gobierno del Frente de Todos no tuvo ningún interés en garantizar computadores y Wifi al millón de estudiantes que se quedó por fuera de la educación; entre otras actividades. Pero eso sí, por supuesto que ninguna de sus actividades incluyó impulsar una lucha a fondo en las escuelas para que haya gas y condiciones edilicias. No sorprende, es su mismo gobierno el que está llevando a cabo un ajuste antieducativo y un recorte de 50 mil millones con Massa a la cabeza.

A esta política de cooptación de la lucha estudiantil para apoyar al gobierno, que la profundiza la Renace pero que ya era impulsada por la Feser, se le suma el intento de regimentar las movilizaciones. No permiten marchar en la columna de la Feser a secundarios con remeras de agrupaciones, lo cual es utilizado solo contra las agrupaciones de izquierda, porque nunca hubo problema con las remeras de Nuevo Encuentro; de la misma manera que no permiten que se entreguen volantes a lxs estudiantes que movilizan con las federaciones. Un intento de censurar políticamente a quienes militamos de manera independiente del Estado, y, paradójicamente, lo llevan a cabo en fechas de repudio a la censura, como el 16 de Septiembre.

A 46 años, los lápices siguen escribiendo, seguimos luchando contra el ajuste

En Rosario, desde la UJS-PO movilizamos con un planteo independiente, para enfrentar el ajuste antieducativo del Gobierno y el FMI; y contra la represión y la impunidad de ayer y de hoy. A 46 años, los lápices siguen escribiendo; y lxs estudiantes debemos movilizar de forma independiente del Estado y sus gobiernos ajustadores. Vamos por la defensa de la educación pública.